Club Swinger de Buenos Aires
El peronismo culposo de La Doctora ante el antiperonismo frontal de los macristas.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
Para evitar los riesgos de la esquizofrenia colectiva, se impone esclarecer (jamás resolver) la ecuación Buenos Aires/Nación. Cuestión pendiente desde inicios del XIX.
Conste que en Buenos Aires (la Provincia Inviable), el Portal incluye también el Artificio Autónomo. El Maxi-quiosco de la Capital.
Aquí la construcción de identidades se encuentra en compleja rotación. Con los cambios permanentes de partenaires que caracterizan al más sofisticado Club Swinger. Con intercambios de maneras, de culturas y personas.
El resto del país falsamente federal, sin generalizar, es aún algo más razonable. Las identidades se muestran, en apariencia, más consolidadas. Pero paulatinamente se va a agregar a la estética confusa de las “cambiaditas”. Ampliaremos.
Timbreo al revés de La Doctora en Sarandí
A Florencio Randazzo, El Loco, le niega La Doctora el lujo de participar contra ella. En las primarias del peronismo de Buenos Aires (Inviable).
A Martín Lousteau, El Personaje de Wilde, en el Buenos Aires-Maxiquiosco, le niega Horacio Rodríguez Larreta, el Geniol (o sea Mauricio Macri, Presidente del Tercer Gobierno Radical), participar de las primarias de Cambiemos.
Se trata de las alucinatorias PASO. Elecciones primarias que no son primarias un pepino. Transformadas en la virtual primera vuelta, para Legislativas de costosa inutilidad.
Aunque se obstine, al pobre Sir Lousteau no le permiten ser oficialista. Como lo suplica piadosamente por los canales. No le dejan otra alternativa que emanciparse, con los radicales esporádicos que consiga. Para “ir por afuera”, hacia la conquista del Maxi-quiosco.
En Buenos Aires Inviable ocurre exactamente lo contrario. Es La Doctora quien se emancipa del peronismo institucional. Para largarse a construir, con su frepasito tardío, el Frente de Unidad Ciudadana. Pero deriva en el peronismo culposo, sin siquiera mencionarlo. Sostenido, apenas, por la enternecedora relación de La Doctora con el Pueblo, hoy denominado “la gente”. Con la dirigencia arrastrada, como si fuera parte de la escenografía, casi descartable como el decorado.
Como si La Doctora hubiera asimilado, en el Club Swinger, las lustrosas obviedades que Jaime Durán Barba, El Equeco, despliega en su último libro. Ambicioso y elemental.
En el bautismo de Arsenal de Sarandí, La Doctora inauguró la moda del timbreo al revés. En vez de dirigirse Ella hacia la casa del ciudadano, como lo hacen para la fotografía Mauricio y María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Girondo, a los efectos de indagar en los problemas concretos. Es La Doctora la que trae al escenario al ciudadano. Para explicar los dramas ocasionados por las políticas de quien precisamente la inspira. Macri.
Por su parte, el reducido Randazzo se queda con la “cáscara vacía” del PJ. Como lo llama Moyano, El Charol.
La cáscara del peronismo institucional que a Randazzo le disputa, para reducirlo más aún, el mini-gobernador Mario Ishi, El Ninja. Con mayor astucia y superior presencia territorial.
Tal vez a su pesar, Randazzo resulta, en la práctica, exactamente funcional a la estrategia del supuesto adversario.
Entonces La Chica de Flores, aunque tiene línea directa con El Loco, instruye a Federico Salvai para que se esfuerce en lograr que Randazzo no se baje nunca. Que persista con los capturados puntitos, fundamentales porque pueden facilitarle el triunfo. Para que La Doctora con el peronismo culposo, junto a Sergio, Titular de la contradictoria Franja de Massa (ahora 1País), deban prodigarse por alcanzar el segundo puesto.
En la Franja, los peronistas que atrae Felipe Solá, El Felipista, son simultáneamente espantados por el apasionamiento acusador de la señora Margarita Stolbizer.
Se impone 1País como una fuerza poli-ladrón. Liderada por Sergio, otro peronista culposo, pero extrañamente limpio aunque nunca reprodujo, desde su organismo, caudales de agua bendita. Y en alianza con el GEN de Margarita, La Buena Vecina, garantía de inmunidad ante la peste de transparencia que baja desde Brasil (cliquear). Y asedia por cualquier costado.
Con suerte, en el supuesto caso que se imponga sobre Ishi, El Loco Randazzo queda en un postergado cuarto puesto. Detrás del TGR, del peronismo culposo y del poli-ladronismo. Sin perspectivas personales y con la triste peripecia de beneficiar al macrismo. La patología que retóricamente pretendía combatir.
El ocio del Parlasur
Sir Lousteau, aquel que en 2015 casi desmorona al larretismo macrista aferrado al Maxi-quiosco, emerge ahora como el tercero.
Merced al ocio espeso del Parlasur. Donde, según nuestras fuentes, cuatro aburridos parlasureños del peronismo metropolitano lograron componer un entendimiento, entre las diversas tribus sin indios.
En efecto, Víctor Santamaría, del Peronismo de Consorcio, Daniel Filmus, El Psicobolche, Eduardo Valdés, El Francisquito, y Jorge Taiana, El Canciller, mientras hacían la plancha en Montevideo se pusieron de acuerdo. A los efectos de juntar las innumerables ramificaciones de las bandas de la ciudad. Donde abundan peronistas pero no existe el peronismo.
Hasta conformar un conglomerado que supera, en número -y para beneficio de Larreta y de Macri- a la escuadra afectada de Sir Lousteau. Al que ni siquiera apoyan los radicales que le niegan identidad radical. Del mismo modo que Larreta le niega identidad de Cambiemos. Más que una campaña, Lousteau necesita un psicoanalista lacaniano.
Al cierre del despacho, Ernesto Sanz, La Eterna Esperanza Blanca, se esfuerza por agregar, en la oferta de Cambiemos, al menos a Facundo Suárez Lastra, Facundito.
Si es que Suárez Lastra logra la aprobación de la señora Elisa Carrió, la Demoledora.
Pero Facundito, pobre, no es lo suficientemente antiperonista, como lo exige la última moda. Le faltan un par de materias para recibirse de gorila total.
Con la brillante incorporación del teórico Fernando Iglesias, El Artemio de Piñeyro, la oferta metropolitana de Cambiemos es fiel reflejo del antiperonismo más frontal.
Sentimiento similar al que pudo registrarse entre los cientos de sexagenarios, y decenas de septuagenarios republicanos, que se concentraron en Comodoro Py. Para pedir por la “justicia independiente”, implorar por “la cárcel para La Doctora”, y proclamar eufóricos “¡se puede, se puede!”.
Mientras tanto La Doctora, en simultáneo, excitaba en Arsenal de Sarandí a las masas del peronismo culposo.
Categorías nuevas para lo viejo
A través de la democracia, la derecha que supo entusiasmarse con el Proceso Militar conquista, en Buenos Aires Maxi-quiosco, la legitimidad que nunca pudo imponerse desde el facto.
Es la peripecia más admirable del Club Swinger.
Con categorías flamantes que se postulan para superar el pasado, suele simularse el aspecto más intolerante. Lo más repulsivo de lo viejo. Como el riguroso neo-gorilismo.
El razonamiento permite inferir, como conclusión, una verdad que para colmo ni es grave.
Quien enarbole aún una identidad difusamente peronista, así fuera tan solo originaria, nada importante tiene por hacer en el Tercer Gobierno Radical. Salvo cobrar. E incorporarse, con jocundo cinismo, al Club Swinger, sin cuestionamientos. Para gozar en relativa paz en el país fronterizo, que ni siquiera le alcanza para ser emergente.
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