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Mauricio: lo más viejo de lo nuevo

Marcos Peña se eleva como Dionisio El Exiguo.

Oberdan Rocamora - 9 de enero 2017

Artículos Nacionales

Mauricio: lo más viejo de lo nuevoescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

«Mauricio Macri es lo más viejo de lo nuevo», confirma la Garganta (un ministro macrista).
La sentencia funciona como una sublime invocación, clásicamente religiosa, para el Tercer Gobierno Radical.
Significa que los desdichados que hoy tienen más edad que Mauricio están políticamente para la cochería.
Quien lo confirma es un «muchacho bien conservado», de 63 años. Carga con dos divorcios y varios hijos. De formación peronista, tiene versatilidad y experiencia, pero sobrevive como funcionario de segundo orden del TGR. Abandonó la corbata, adelgazó, calza zapatillas con el traje gris y aún juega al paddle. Pero confiesa que lo hacen sentir «como parte de la vieja política». La que «estos chicos” vinieron a desterrar.

Al imponerse la dominante teoría generacional, correspondería modificar el registro del tiempo.
Entre el Siglo V y VI, el filósofo, teólogo y matemático Dionisio El Exiguo impuso que la historia, para su mejor comprensión y calificación, debía dividirse entre el antes y después del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
La Argentina, parte del continente redescubierto en el final del Siglo XV (d. de C), nace como país independiente recién a principios del Siglo XIX.
Mauricio: lo más viejo de lo nuevoCon el advenimiento del nuevo Mesías, a partir de 1959 debería volver a cambiarse la numeración. Para comprender mejor la política del presente.
A casi 58 años d. de M, ya puede asegurarse la sentencia que la Garganta confirma para comenzar la crónica. «Mauricio es lo más viejo de lo nuevo”.
Representa el límite generacional del cambio.

Destino de cochería

Lo nacido políticamente antes de Mauricio (en adelante «a. de M») mantiene el anunciado destino de cochería.
La Doctora, por ejemplo, de 6 años a. de M.
O José Manuel De la Sota, El Cordobés Profesional, de 10 años a. de M.
O Adolfo Rodríguez Saa, Baluarte de La Puntanidad, de 12 años a. de M.
Como no se toleran excepciones por proximidad tampoco zafa Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol, o la amiga que ahora lo denuncia, la señora Elisa Carrió, La Demoledora. Son apenas 2 años d.de M. Cochería igual.
Cuesta identificarlo a Jaime Durán Barba, El Equeco, como el nuevo Dionisio Exiguo (es 12 años a. de M.).
Por conveniencia numérica convendría identificar al Premier Marcos Peña, El Pibe de Oro, como al Dionisio Exiguo de la modernidad.
Peña es 18 años d. de M. Se prepara como lícito aspirante a la sucesión.
Aunque Mauricio pregona por una tutela moral de ocho años, todos saben, en el TGR, que con muy buena estrella podrá completar los cuatro que le corresponden.
Mauricio: lo más viejo de lo nuevoEs entonces Peña el nuevo Dionisio. Quien tiene mejor acendrada la vocación generacional. Con el calendario en el pensamiento estratégico, desde los trolls macristas se ataca a los políticos con ambiciones, o a los analistas críticos, que hayan nacido 8 o 10 años a. de M.
Después de neutralizarla a Gabriela Michetti, de 6 años d. de M, el nuevo Dionisio compite por la sucesión en 2019 (60 años d. de M), con la señora gobernadora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Girondo, de 14 años d. de M. Y con Horacio Rodríguez Larreta, El Geniol, explotador eficaz del Maxiquiosco del Artificio Autónomo, desde donde se resuelve -con caramelos- las carencias azucaradas de la nación y la provincia.

El Amalito por Bruno Gelber

Para consolidar la firme pasión por el descanso reflexivo, Mauricio partió hacia los montes de Cumelén-Villa La Angostura.
Desde Cumelén produjo una anticipada expulsión del paraíso. Fue anunciada con ostensible satisfacción por Dionisio II.
Sin embargo, la partida sirvió para desairar paradójicamente a los obedientes que continuaban en el paraíso.
Mauricio: lo más viejo de lo nuevoEn la práctica quedó en la estampita que lo echaron a Alfonso De Prat Gay, El Amalito, de 6 años d. de M, porque «no se dejaba coordinar».
Para ser sucedido por Nicolás Dujovne, Bruno Gelber, 8 años d. de M. El iniciado se puso el gobierno al hombro a través de reportajes relativamente felices.
Con la designación como Ministro de Hacienda de Dujovne-Gelber, volvió a postergarse al minuciosamente preparado Carlos Melconián, El Armenio que espera.
Melconián espera en el Banco (de suplentes) de La Nación. Carga con la cronológica cruz de ser 3 años a. de M. Pertenece a «la vieja política».
Condenado, aquí no convencen las biabas del rejuvenecimiento.

Cambio de religión

Sobrecargada de denuncias, procesamientos e imputaciones, La Doctora, con su «vasija vieja», en su retroceso neutraliza al peronismo.
Hartos de pasadas reverencias, con rencores tóxicos y humillaciones que no cicatrizan, los dirigentes del peronismo le escapan a La Doctora. Es portadora del virus del fracaso.
Mauricio: lo más viejo de lo nuevoDe todos modos La Doctora aún arrastra a los obstinados de La Cámpora, que supieron destacarse como correctos ganadores de sueldos. Arrastra además a los buscapinas del frepasismo tardío. Y algunos pocos peronistas que resisten con camperas hidrantes. Cuenta con un nada desdeñable 25%, dato que atrae a los artesanos del ballotage.

Mientras tanto los mercaderes pragmáticos del peronismo invertebrado toman cada día más distancias de La Doctora. Pero naufragan en el desconcierto.
Los peronistas más osados y menos principistas no vacilan en sacar turno para incorporarse a la religión del «cambio».
Y Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), de 18 años a. de M, a los gritos y desde los diarios confirma que «quiere ayudar».
Con la Banelco inagotablemente mística, el TGR consume selectivos pecadores peronistas. Predispuestos a purificarse a través del salto de garrocha hacia la flamante fe.
Como el protagonista del tango Muchacho, en el fondo Macri, con «sentimientos adormecidos» todo lo consigue.
«Pagando como un chabón».

Massa y Lousteau

De todos modos persisten dos astutos banelqueros que resultan preocupantes por su juventud. Y sus deslizamientos.
Ambos ya banelquearon suficientemente al TGR.
Mauricio: lo más viejo de lo nuevoSergio, El Titular de la Franja de Massa, fue un gran dador voluntario de gobernabilidad. Es de 13 años d. de M.
Y el aún embajador Sir Martín Lousteau, El Personaje de Wilde. Es de 11 años d. de M.
Dos «después de Mauricio» que pueden alterar la plácida insustancialidad del TGR. Donde Mauricio no logra acertar una. Ni siquiera una miserable una.
Pero Mauricio, el Muchacho del tango que paga, es pródigo en justificaciones que infortunadamente se diluyen.
El más viejo de lo nuevo -Mauricio Macri- sigue sostenido por el redituable «efecto comparativo» (que se agota).
Por la desesperada necesidad de cambio que invoca un gran sector de la sociedad. Son suplicantes esperanzados que confían en que de una vez por todas Mauricio emboque una y cambie la onda.
Y por las encuestas dulcemente optimistas de Poliarquía, que divulga La Nación los domingos oportunos. Numerología que funciona como caricias de Irigoyen, para el «espíritu sensible» del Tercer Gobierno Radical.

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