La utopía de pagar sueldos
Relevamiento Federal, Santa Cruz: El cambio con Costa-Zuvic o la reelección de Peralta. La provincia como aguantadero.
Miniseries
escribe Oberdán Rocamora
sobre informe de Consultora Oximoron
Introducción
Lemas para frenar a Costa-Zuvic
Que Eduardo Costa, El Hipertehuelche radical, en la última elección parlamentaria haya aplastado al kirchnerismo, no garantiza que vuelva a masacrarlo en 2015, cuando se escoja el nuevo gobernador (o trate de permanecer Daniel Peralta, El Campera).
Para la próxima compulsa, el Frente para la Victoria impone otra vez la Ley de Lemas.
Ocurre que un solo candidato peronista hoy no puede vencer al matrimonio Costa-Zuvic. Pero si se le suman los aportes de varios, aún podría dilatarse el cambio de la historia.
Para el kirchnerismo, perder Santa Cruz es mucho más grave que una cuestión simbólica. Ningún dilema cultural.
Sería -para Oximoron- directamente una catástrofe. Con superior generosidad, se desbordaría la repugnancia administrativa del último cuarto de siglo.
Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron
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Río Gallegos, especial
Lo que sorprende es que Sergio Massa, el titular de la Franja de Massa, pueda tratar con los dos rivales que asoman en la pelea política de Santa Cruz. Con el radical Costa y con el peronista Peralta.
Es otro motivo más para indagarlo. ¿Qué es lo que representa Massa en la Argentina? O con mayor profundidad, ¿qué cosa extraña es el massismo?
Probablemente sea algo más sustancioso que un «rejuntado» a la carta. En condiciones pragmáticas de pactar con las dos puntas.
Pero aquí, según nuestras fuentes, Massa aparece pegado con Costa. A pesar, tal vez, de la señora Mariana Zuvic de Costa. El máximo cuadro del «costismo» se reporta a la señora Elisa Carrió, La Demoledora.
«No se equivoque, Massa y Peralta son buenos amigos», confirma la Garganta.
Pero no puede apoyarlo a Zamora en un lema, para juntarse después con los votos del cristinismo. Es su enemigo.
Radicales y peronistas enojados
Sin menoscabar a Río Turbio y Las Heras, son tres las localidades que aquí definen la elección.
En primer lugar Rio Gallegos, que fue el tubo de ensayo de Néstor Kirchner, El Furia. Se impuso primero como intendente (1987) y después como gobernador (1991).
Segundo El Calafate, la espumosa Ciudad Kohinoor. Merecería conocerse por los otros atributos, por ejemplo la belleza, la cercanía del glaciar, y no sólo por el escándalo de los hoteles inconcebibles que unifican a La Doctora con Lázaro, El Resucitado, el súbito empresario que signa la desgraciada etapa lazarista del cristinismo (cliquear).
Y en tercer lugar está Caleta Olivia, en el norte. Es donde hoy talla Facundo Prades. Trátase del radical que se emancipó de Costa para hacerse «vecinalista». Y para aproximarse, según nuestras fuentes, hasta el entendimiento, con el gobernador Peralta, El Campera. Cuentan que Campera trata de asociarlo en el proyecto de quedarse.
Téngase en cuenta que en Santa Cruz abundan los radicales y los peronistas enojados con las respectivas dirigencias de sus partidos. Brotan entonces los Club Swingers (cliquear), las mezclas. Los blends, tratados en otros textos del portal. Con los inconvenientes para armar entre tantas contradicciones.
Sin ir más lejos, cuando aparece Massa se aglutinan identidades de peronistas y radicales. Pero también las espanta.
Como a Daniel Fernández, de la Ciudad Kohinoor, que sigue el ejemplo de Prades y se acerca, también, a Peralta.
Acaso la imperante disconformidad con los dirigentes tradicionales estimule la misteriosa legitimidad del Partido Obrero. Trotskistas que mantienen en el bolso un 15%. Impregnan de «acción y aventura» al sindicalismo e impactan en la sensibilidad de los empresarios. Pasa algo similar en Salta, La Trotska (cliquear).
Superproducción de empleados públicos
Por las carretillas de dinero que arrastró Julio De Vido, el Ex Superministro, en Río Turbio el cristinismo está fuerte. Como -consigna Oximoron- en Las Heras, que contiene un intendente de La Cámpora, Lalo Caminos. Es de los escasísimos camporistas que pudo alguna vez ganar algo. Por elecciones, y no ingresar con la prepotencia del dedo de La Doctora.
Conviene recordar que el Frente para la Victoria oficialista lo componen aquí sólo los buscapinas de Kolina, de la señora Alicia Kirchner, La Fotocopia, y el Partido de la Victoria, que presidió alguna vez en el orden nacional la señora Graciela Ocaña, La Reina del Dengue. No integra el frente el Justicialismo Vegetal, que está manejado a su gusto por El Campera.
Sin embargo se descuenta que, por las necesidades estructuralmente económicas, otra vez el PJ -o sea El Campera- va a formar parte del Frente. Por la utopía de pagar los sueldos. Para permanecer después de diciembre de 2015, y sobre todo para llegar con aire a diciembre de 2015.
Esta es una provincia brutalmente despojada que padece una superproducción de empleados públicos. Pero vive de las regalías petroleras.
Si había ya problemas con el barril a 120 dólares, resta imaginarse el futuro inmediato con el barril a 60. Al gobernante le queda la triste alternativa de mangar.
Soltar la mano
En cambio en Río Gallegos, sin siquiera esforzarse, con seguridad gana Costa-Zuvic. Al menos Costa va a recuperar la capital para el radicalismo.
El realismo de la derrota consigue que sea un acto irresponsable jugarlo a Máximo, En el Nombre del Hijo, para la intendencia, a los efectos de repetir la peripecia del padre.
Es más factible que Máximo logre mojar la medialuna de la diputación. Y ponerla de frontón a La Fotocopia, que tiene una rica experiencia en derrotas.
Aquí lo ayuda a Costa-Zuvic la irrelevante administración de Raúl Cantín, el intendente actual. Trátase de un kirchnerista básico que carga con la mochila dinástica de ser el tío de El Resucitado.
A propósito, por aquí trasciende alguna idea inquietante con respecto a Lázaro. El súbito empresario planifica, según las fuentes, asumir el rol del arrepentido.
Para evitarlo, La Doctora esclarecida se dispone a sostenerlo. Tratar que anímicamente no se le derrumbe.
La instrucción es bancarlo a Lázaro más que a Boudou, El Descuidista. Aunque se arrastren los nombres de las decenas de empresas de fantasía. Aunque alguna alude, también -consigna Oximoron- al otro. A Cristóbal.
«Si Cristina tiene que elegir entre soltarle la mano a Lázaro o soltar a Cristóbal, no lo dude, lo deja caer a Cristóbal», confirma la Garganta.
Y pensar que Cristóbal -pobre- siempre mantuvo la jactanciosa obsesión de diferenciarse de Lázaro. Aclaraba, cuando podía, que era empresario desde antes de Kirchner.
«Pero al final chorizos», consigna otro.
No obstante Cristóbal, llegado el caso, tiene más espalda propia para defenderse. Tiene poder de fuego. Su peripecia es realmente distinta. En cambio Lázaro, para sostenerse, sólo cuenta con el pilar de La Doctora, y con los multiplicados «cancerberos del despojo» (cliquear) que se le encuadran.
Las circunstancias se enlazan. Se encadenan.
La etapa lazarista del cristinismo complementa la derivación delictiva del kirchnerismo.
Debe tratarse entonces lo segundo (la derivación delictiva) para interpretar la magnitud de lo primero (la etapa lazarista).
Hoy los rincones del ring los ocupan Peralta y Costa.
Si triunfa Costa es el triunfo de Zuvic y la provincia será un festival de desenmascaramientos y tensiones.
Si continúa Peralta, Santa Cruz amaga con convertirse en un aguantadero estratégico. Con algunos paisajes románticos, como los que abundan en la Ciudad Kohinoor, para atenuar la espera y preparar la réplica.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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