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Relevamiento de samuráis

La foto de Macri y Moyano y el retroceso de Binner.

Carolina Mantegari - 26 de octubre 2012

Artículos Nacionales

Relevamiento de samuráissobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final Carolina Mantegari
especial para JorgeAsísDigital

Daniel Scioli, el Líder de La Línea Aire y Sol, sigue como samurai 1.
Pero debería atender las derivaciones del arrebato fotográfico registrado entre Hugo Moyano, El Charol, samurai 3, y Mauricio Macri, El Niño Cincuentón, samurai 4.
La postal del 3 y el 4 no lo contiene al 1. Lo excluye.

Justamente Aire y Sol es un reconocido fabricante de fotografías.
Atormentaron, en su momento, a la señora Cristina, Nuestra César, samurai 2.
(Hoy le cuesta, por la mala praxis, mantener la posición. Para el relevamiento de samuráis de octubre, Oximoron aún le concede el número 2).

La foto es el mensaje

La imagen gráfica supera la intrascendencia del discurso. Se impone ampliamente sobre la acción. Es el acto.

Si el medio es el mensaje, hoy el mensaje es la foto.

Relevamiento de samuráisMensaje diferenciador fue la fotografía perversa de Aire y Sol y El Niño Cincuentón. En expresivos pantaloncitos cortos. En la persecución populista de una pelota de fútbol.
Asimismo, fue diferenciadora la fotografía de Aire y Sol y El Charol.

Pero la nueva postal, sin Aire y Sol, impacta. El Charol con El Niño Cincuentón. A través del vaso comunicante de Venegas, El Momo.

Insistente exponente, a su pesar, El Momo, de la extinguida civilización duhaldista. Junto a los vestigios que persisten del Peronismo Federal. Decepción memorablemente aprovechada por el cristinismo.

Armonía y complemento

Para Oximoron, Macri le aporta a Moyano lo blanco que le hace falta.
Y Moyano le aporta a Macri lo negro que le hace falta.
Ambos armónicamente se complementan.

Relevamiento de samuráisMacri le aporta a Moyano su influencia penetrante entre las moderadas capas medias. Las que vuelven a creerle.
Moyano aporta su influencia en los sectores que los marxistas denominan proletarios. Entre los peronistas desconformes, que se multiplican. Y entre las capas medias que comienzan a verlo a Moyano como si fuera Paul Newman. Por el atributo de enfrentarse a Nuestra César. Después de haber sido expulsado del paraíso.
Como tantos otros expulsados, o que se alejaron solos. Abundan los que fueron embajadores políticos, y emergen como críticos devastadores. De la jerarquía de Remes Lenicov, Bordón, Lohle, o Gil.
O la serie de críticos implacables. Expulsados del paraíso, que encabeza el poeta Alberto Fernández. Pero también alejados, como la señora Ocaña. O el siempre inspirado Julio Bárbaro. O Martín Redrado. Miembros del pelotón de aspirantes a samuráis. Distan de tener la legítima representatividad de Moyano, samurai 3.

Errores seriales

Nuestra César, pobre, atraviesa los momentos límites del segundo mandato. Su culpa: haber menoscabado la teoría estricta de El Furia.
«No ir por el segundo mandato cuando no está garantizada la continuidad».

Relevamiento de samuráisHoy se hunde en el amontonamiento monótono de los errores seriales. Instalaron la idea paralizante de la mala praxis.
Al cumplirse apenas el primer aniversario de la elección que la consagrara por el 54%, con que iniciara el periplo de la decadencia.
El guarismo que hoy sólo sirve para extorsionar. Pero el guarismo se disolvió, pese al voluntarismo de los numerólogos del Frente Encuestológico de la Victoria.

De aquel 54, para Oximoron, Nuestra César hoy conserva el considerable 33.
En franco descenso, y angustiada por la epopeya del 7-D.
La induce a avalar los aprietes extraordinarios, por ejemplo en el ámbito de la justicia. Ensanchan los fundamentos de la protesta anunciada para el 8-N.
Ver «El 7-D depende del 8-N», cliquear.

Binner y la inseguridad

De los Siete Samuráis, se percibe, en el relevamiento de octubre, que Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto, samurai 5, es quien tiene más dificultades.
En Santa Fe estalló el patetismo de la inseguridad. Temática culturalmente distante para los preceptos plácidos del socialismo.
Duele sugerir que los socialistas, de inseguridad, no entienden absolutamente un pepino. Nada relacionado con la represión parece entrar en el romanticismo de la ideología.
La situación de Rosario, en la materia, es infernal. Ensombrece la gestión de una excelente intendenta como la señora Mónica Fein.
Pero se percibe también la extraña mezcla de poderío económico y temor en las localidades agrícolas. Productoras de los commodities que sostienen las alucinaciones impostadas del cristinismo.

Relevamiento de samuráisLa inseguridad, en Santa Fe, está asociada a la desconfianza creciente. Sobre todo hacia sus fuerzas de seguridad.
Hoy ofrecen el espectáculo del Jefe de Policía preso. Pero el drama no termina, sólo comienza con la caída del Comisario Tognoli.
Genera incomodidades para el gobernador Bonfatti. Sirve para que los adversarios arrojen sospechas que intentan complicar, también, a John Wayne, El Hombre Quieto.

Final con Berni

Pero el alcance excede a Santa Fe.
En vísperas de consagrarse el fracaso inesperado del Secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Es el interventor del ministerio que suele desgastarse entre peleas internas. Pero no alcanza siquiera a resolver las cuestiones salariales, que amenazan con agravarse.

Para algarabía de los delincuentes menores, los que ponen el cuerpo para ir al frente y robar o matar, hoy las fuerzas de seguridad se encuentran enfrentadas. Desconfiadas entre sí. Sin la menor motivación.
Al día 27, al cumplirse los dos años de la partida (irresponsable) de El Furia, no hay ningún gendarme ni prefecto que sepa cuánto va a cobrar a fin de mes.
La Gendarmería ya dejó de ser la clásica odalisca del cristinismo.
Las fronteras se convirtieron en generosos coladores. Canilla libre. Armamento y blancaflor en cantidad.

Relevamiento de samuráisPara colmo los gendarmes se sienten desairados al percibir que Berni vuelve a inclinarse por la Policía Federal. En desmedro de los gendarmes. Quedan usados como preservativos. Y arrojados hacia el desprestigio.

Después de todo, para Oximoron a Berni le fue bastante peor, según nuestras fuentes, con los prefectos.
Cuando estaban casi sublevados y Berni, en persona, fue hacia el edificio a imponer autoridad. Muy poco faltó para que lo fajaran.
«¿A quién le ganaste vos, s…?».
Los epítetos son indignos de figurar en la web que consagra el periodismo artesanal.
Se explica que Berni hoy quiera regresar hacia la indolencia del parlamento bonaerense. Sin gloria.

Carolina Mantegari
Redactora Final de Informe Oximoron
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(pero se permite la reproducción sin citar fuentes).

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