El caramelo de la reelección indefinida
Sobre la tontería del "Frente Anti Re Re".
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
«Todos con el culo en la pared
llegó el Bambino»
Cántico popular de hinchada
Pese a no encontrarse en condiciones morales, constitucionales ni sanitarias para ir por otra reelección, Nuestra César consigue que el colectivo temerosamente opositor la confunda con aquel Bambino del cantito. Y que se coloque, en fila, lastimosamente, de a uno, con la cola en la pared.
El pretexto de cohesionarse es infantil. Busca, para colmo, capturar un tema común para asociarse. Implica unirse por el objetivo estratégico de impedir el atropello.
«Llegó el Bambino».
Para el Portal, los cruzados de vanguardia que «cierran filas», se equivocan.
Los que se confabulan para armar, sin entusiasmo ni mejores causas, el «Frente Anti Re Re».
Paradójicamente son los máximos optimistas que parecen celebrar el presente del cristinismo.
Como si apostaran, en exceso, por el futuro venturoso del «modelo». De «Crecimiento». Con la sublime paquetería de la «inclusión social». Y de la acumulación de tantas vaguedades genéricas. Colmadas de indicadores favorables que brindan el sustento cotidiano de la Revolución Imaginaria.
En efecto, «cerrar filas», organizar el «Frente Anti Re Re» es, en la práctica, la manera más eficaz de garantizarle, a Nuestra César, el privilegio de la centralidad.
Certificar que la gestión le sonríe. Con el clásico rigor de las encuestas de Artemiópolis. Y con la complacencia astutas del Frente Encuestológico de la Victoria.
Creer que el cristinismo marcha, en definitiva, bien. Justamente cuando se le agrava la incertidumbre.
Se le otorga carnadura real a la visión auto-satisfactoria que el cristinismo vende de sí mismo. Cuando es, en realidad, una sumatoria de buracos. Ya tiene perforado el techo y, en simultáneo, el piso.
Hoy Nuestra César se encuentra más adherida que nunca al calvario de Boudou, El Descuidista que la sepulta. Y nos ofrece el cuadro de su piadosa debilidad. Si no tuviera riesgo de tragedia, podría incitar, incluso, a la gracia. El cristinismo como divertimento.
Mientras más habla, ante los aplaudidores de La Escuelita Móvil, y mientras más anuncia, la pobre sólo puede ofrecer la impostura del silencio. En los temas que verdaderamente interesan a graves sectores de la sociedad que, a esta altura, no simulan su desprecio.
La problemática de la inflación que ignora, y se le descontrola. O de la monótona inseguridad, que hasta la tuvo como víctima en su departamento de Juncal y Uruguay, en un mensaje que el Portal investiga y que ella prefiere -al cierre del despacho- ocultar.
O de la obscenidad del Caso Ciccone, que la instala en el centro de la ciénaga. A pesar de ser un dossier comparativamente menor, sobre todo si se atienden los números reservados que se tabican, y que suele diseñarle el contador Manzanares, que contienen la creatividad estética de Salvador Dalí.
Se alude aquí, en directo, a la herencia desconocida de «Fort Knox» (cliquear).
A la imposibilidad administrativa de conseguir los presentables Dreams para limpiar tantos activos lacerantes. En efectivo y en hectáreas. Valores indignos de ser tratados, siquiera, en las medulares Cartas Abiertas que emocionan a los sexagenarios ilustres y comprometidos, que suelen delirar con otro país ilusorio en la Biblioteca Nacional. ¿Ampliaremos?
Concepción del poder
Por su efectiva concepción del poder, Néstor Kirchner, El Furia, nunca iba a ir por la reelección, sin estar asegurada la continuidad.
El caramelo de la reelección indefinida, que había conquistado en Santa Cruz.
El primer intento de reiterar aquel caramelo, en el plano nacional, naufragó en Misiones. 2006.
«Sabés que sos el único petiso cagón que conozco».
Así lo provocó El Furia, según nuestras fuentes, a Carlos Rovira, aún gobernador de Misiones.
Iban juntos en El Tango, hacia Brasil.
Ocurría que Rovira se mostraba reticente a la idea de El Furia. Lo impulsaba patrióticamente a convocar un Plebiscito, en Misiones. A los efectos de conseguir el caramelo de la reelección indefinida.
El caramelito lo tenía también entusiasmado, en Jujuy, a Eduardo Fellner, El Subalterno de La Milagritos. Y a Felipe Solá en Buenos Aires, el máximo cuadro del felipismo. El objetivo era instalar el caramelito de la reelección indefinida en la Argentina entera, en proceso de Santacrucificación Nacional.
Para demostrarle que no era ningún «petiso c…», Rovira convocó el Plebiscito.
Resultó finalmente humillado por un curita honorable, el Padre Piña.
En adelante, por su categórica concepción del poder, El Furia nunca más le atendería el teléfono a Rovira.
La derrota de Misiones sería igualmente letal para El Subalterno de La Milagritos y El Máximo Cuadro del Felipismo. Pero sobre todo para El Furia.
Sin la continuidad asegurada, Kirchner prefirió no ser reelecto en 2007 y designar, con democrática arbitrariedad, a la senadora Cristina, su esposa.
Por la partida abrupta, Cristina no pudo retribuirle, en 2011, el bien conyugal del poder.
Debió continuar. En la concepción del extinto, Cristina cometía el peor error.
La discípula de Carlos Menem
Con el gobernador José Luis Gioja, en San Juan, Nuestra César tuvo un manejo más eficiente que El Furia, en Misiones, con Rovira.
En vez de nacionalizar el Plebiscito de San Juan, ella lo aisló. Lo gravitante es que Gioja pudo aspirar al caramelito de otro período.
Hoy Gioja tiene que ser coherente y apoyar el delirio de otro período, para Nuestra César. Como todos los otros gobernadores que quieren seguir con los caramelitos.
En la práctica, Cristina suele destacarse como una discípula calificada de Carlos Menem. Más que de Néstor Kirchner.
El caramelo de la «re re» de Menem se pulverizó en 1998. Cuando Duhalde amagó con convocar el Plebiscito de consulta en la provincia de Buenos Aires, con una sola pregunta.
«¿Quiere que el Presidente Menem tenga la posibilidad de ser reelecto?».
Fue la primera vez que Duhalde lo sacó de la cancha a Menem.
La segunda que lo expulsó fue definitiva. En el Congreso Peronista de Lanús. Extrañó que Menem no se diera cuenta.
Cuando Duhalde decidió habilitar tres candidaturas del justicialismo en el 2003. Las del expulsado Menem, Adolfo Rodríguez Saa y Kirchner.
Para ser exactos, fue cuando El Furia adquirió, al contado, y en el sentido literal del término, la presidencia.
No le salió, al fin y al cabo, demasiado cara. El Furia siempre tuvo suerte y, sobre todo, admirable astucia, para encarar buenos negocios. ¿Ampliaremos?
Final con la Unión Democrática
Cualquier peronista cultural, como Nuestra César -aunque esté dispuesta a acabar con el peronismo- prefiere tener enfrente, siempre, una Unión Democrática propia. Personal.
Para agigantarse y vencerla. A la Unión Democrática. Como aquel Perón del 46.
Deberían saberlo los cruzados distraídos. Los que pretenden cohesionarse con la consigna del Frente Anti Re Re.
Mientras tanto, para resguardarse del Bambino, los que quieren cohesionarse se colocan, en fila, de a uno, con las colitas grotescas contra la pared. Sin siquiera percatarse que en 2015, lo que quedará en pié del kirchnerismo, será, tan sólo, el Mausoleo. Y las inconvenientes Comisiones Investigadoras, con los complejos entretenimientos del Fort Knox.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
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