Ricos, Gordos y Malos

escribe Alejandro López Vitaca
Economía y Sindicatos, especial
para JorgeAsísDigital

«Nunca podré perdonar tu sonrisa de extranjera
que se burló de mí en la fiesta de mis enemigos»
Jorge Teillier

La provocación presidencial, lanzada contra Hugo Moyano, ante la escenografía de los industriales seducidos, mantuvo el aroma -ligeramente desagradable- de la ingratitud.
La sensibilidad corporativa indica que la jactancia no se produjo sólo contra Moyano. «Fue contra el Movimiento Obrero. Quedó registrado», confirma la Garganta.

Interpretan que, como venció, Nuestra César decide burlarse -y alejarse- de quienes la ayudaron a ganar. Y hasta respaldaron, incluso, en los peores vuelcos. Dieron siempre el presente, nada gratuitos. Hasta en los actos más insalubres de la historia del peronismo.

La reacción de «La Patrona» puede ser entendida, también, como una consecuencia de los movimientos, levemente superadores que suelen registrarse en «la corporación».
Acercamientos que se producen entre adversarios internos que se desconfían, y se conocen de sobra. Que se comunican sin siquiera necesidad de hablar. De reunirse. Es el caso de los antagónicos Barrionuevo y Moyano. Ambos adversarios internos ven debajo del agua, hasta en el Riachuelo.

Las distintas fracciones, en defensa propia, suelen unificarse. Cuando perciben, sobre todo, que «vienen por ellos». Para pelearse de nuevo, en todo caso, después.
Son los portadores de la alta tasa de negatividad que conmueve a las capas medias. Las que Cristina se dispone (lícitamente) a seducir. Cuando considera que es el momento propicio para avanzar. Contra Los Ricos, Gordos y Malos.

La deuda

El Estado (que en la Argentina es siempre el Gobierno) les debe, a los gremios, por las obras sociales, diez mil millones de pesos. Más de dos mil millones de dólares. Gigantismo acumulado del Fondo Solidario de Redistribución, durante los últimos cinco años.
Este año prometieron adelantarles mil millones, de los diez mil. En cuatro cuotas. Pero sólo llegó una parte. Insuficiente en la repartija, para casi 300 Obras Sociales. 250 millones.

La deuda estatal unifica a «los muchachos». Con la misma fraternidad que la persecución.
Sin embargo, con los dramones derivados de la sequía de caja, que mortifican hoy al gobierno irresponsable, parece resultar más rentable perseguirlos que pagarles.

La Unidad de Acción (antigua consigna bolchevique) tiende a planificar próximas marchas reclamatorias. Temibles concentraciones frente a la Casa de Gobierno, o el Ministerio de Trabajo. Se planifican en conversaciones telefónicas que se convierten, de por sí, en aprietes. Mensajes. Conscientes de ser, minuciosamente, escuchados. Por el oído misterioso que le transmite, irremediablemente, a La Patrona.

Trasciende, aparte, el contenido intento oficial. Inventar también, como si fueran milanesas, «La Salud para Todos». Un Seguro Universal de Salud. Para ir, en definitiva, por las Cajas.

«Si se vienen para manotear las Obras Sociales, como si fueran los fondos de las AFJP, o las reservas del Central, nos sacan, la verdad, un problema», confirma la Garganta.
«Nos alivian. Les doy la llave. Pero que se ocupen de darle salud a los afiliados. Con intervenciones de alta complejidad».

La utopía de la destitución

La pasión por destituir a Moyano, de la CGT, de pronto se atenúa.
Moyano atraviesa un aislamiento muy visible. Lo torna vulnerable.
Ocurre que Nuestra César, según nuestras fuentes, ordenó que, en adelante, el Secretario General de la Confederación General del Trabajo no sea recibido por ningún funcionario.
(Basta con la mera divulgación del dato para que mañana lo desmientan. Y disponerse, de nuevo, a recibirlo).

«Estamos tristes, deprimidos, no tenemos interlocución con La Patrona, no nos quiere más», ironiza la Garganta. «Ya no quiere fotografiarse con nuestros gorritos».

El objetivo de destituirlo inmediatamente es, a esta altura, utópico.
Moyano va a quedarse, al menos, hasta julio del 2012, cuando concluya el mandato.
Después de todo, para paralizar, si se lo propone, el país, no le resulta indispensable a Moyano mantener la conducción de la CGT. Le basta con la posición de fuerza alcanzada en la Federación del Transporte.

En general los Secretarios Generales de la CGT suelen designarse, por lo que sabemos, de acuerdo a la jerarquía de los presidentes.
Para un temperamento como el de Kirchner, el rostro de Moyano era el ideal. Para Menem, en cambio, el más conveniente era Daer.

Habrá que ver cómo estará La Patrona en julio. Depende de su comportamiento. Si les hace los deberes o se les retoba.
Pero es improbable, de acuerdo a la evaluación, que Cristina se merezca otro ciclo más de Moyano.

Es frontalmente pública la reticencia de Lezcano. Y -sobre todo- del «Gitano» Cavalieri. O de West.
Son algunos de los Gordos hartos de los abusos de Moyano. De caracterizarse por cierta destrucción de códigos. Como la usurpación innecesaria de afiliados de otros gremios. Para engrosar a los «Camioneros».

Media Cuchara

Al cierre del despacho, aún no aparece la personalidad que pueda asumir el recambio.
Pero los Ricos, Gordos y Malos, en la primera de cambio, siempre la inventan.

Se cayó, incluso, la postulación de Gerardo Martínez, alias Media Cuchara. Aparecía como el Gordito privilegiado por el cristinismo. Pero bastaron las delaciones, relativas al pasado de Martínez, para hacerlo, de pronto, indigerible.
El cristinismo mantiene una elaborada sensibilidad ideológico-estomacal.
Martínez fue, según nuestras fuentes, severamente descalificado por Cristina. En Cannes, justo cuando Media Cuchara se esmeró para armarle una reunión con los sindicalistas del mundo.
Hoy también, como corresponde, Martínez se solidariza con Moyano.

«Los muchachos se sienten traicionados», confirma la Garganta. Creían ser socios «del modelo». Que se profundiza con el propósito de eliminarlos.

Vaya como evaluación personal. Les crece, en simultáneo, a los Ricos, Gordos y Malos, la pasión fría de la venganza.

Alejandro López Vitaca
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