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Captar a Macri

Seminario V - INTERREGNO DE NOVIEMBRE: Plan de Acción. Primera parte.

Jorge Asis - 15 de noviembre 2011

Cartas al Tío Plinio

Captar a MacriTío Plinio querido,

A Macri, El Niño Cincuentón, se lo capta.
A Scioli, el Líder de la línea Aire y Sol, se lo anula.
A Moyano, el Encanto de la Negritud, se lo neutraliza.
A Binner, El Hombre Quieto, se lo ignora.
A Magnetto, en cambio, se lo destruye.

El que se acuesta con kirchner-cristinistas suele amanecer, tío Plinio querido, con fuertes dolores en la retaguardia.
Cuando no se es como ellos, resulta inútil acercarse. Lo recomendable es mantenerlos a la distancia. Con los códigos formales de los antiguos noviazgos de barrio.
El que va más allá, pierde. Si decide profundizar la relación con los kirchner-cristinistas, queda marcado. Con la retaguardia tradicionalmente rota.

Queda prisionero eterno de la dignidad de una anécdota (evóquese a Cobos, el vicepresidente más atacado de la historia).
Queda deslegitimado por los efectos residuales de alguna operación mediática (evóquese la esfinge de Lavagna, aún arrepentido por haber salido a pasear, de la manito, por los jardines de Olivos).
Captar a MacriO queda desplazado por los excesos arbitrarios de la ingratitud (evóquese aquí al Pepe Pampuro, el crédito del Portal, exponente de la civilización duhaldista. Cuando Duhalde, El Piloto de Tormentas Generadas, decidía rifar irresponsablemente la presidencia, fue Pampuro quien le dijo: «Negro, ponelo a Kirchner»).
O queda aniquilado por la patología del divorcio, en los términos más horribles (evóquese a Magnetto, sólo para poner un punto final, a la lista inagotable. A Magnetto quisieran arreglarlo como si fuera otro Hadad. Pero para sacárselo de encima, junto a Rendo, y la plana relativamente mayor de la redacción. Sólo después pueden sentarse a negociar).

Sin pactos preexistentes

En el noviembre más cruel, Macri emerge como el nuevo objeto de acercamiento y seducción.
Los optimistas se inspiran en el apotegma indemostrable. Indica que Cristina es muy distinta a Néstor.
Es verdad. Ella es, tío Plinio querido, mucho peor.
Con El Furia se sabía, más o menos, a qué atenerse. Se podía pactar. Cerrar algo. Lo dijo una Garganta:
«Con Cristina no tienen vigencia los pactos preexistentes». Ilusiones piadosas de la Constitución.

Captar a MacriHay cuestiones de caja, que se suponían herméticamente cerradas, que hoy, con Cristina, vuelven a abrirse.
Cortar, barajar y dar de nuevo. Genera, según nuestras fuentes, cierta inestabilidad. Desconcierto.
Sin ir más lejos, algunos titanes, desde la muerte de El Furia, creyeron ser más ricos. Pero de pronto tienen que pasar, de nuevo, por otra ventanilla imprevisible.
Para dar explicaciones y renovar el crédito del relato. Para ilusionarse con «la renovación de la permanencia». Y suplicar que Cristina, por haber arreglado oportunamente con su marido, no vaya a creer que el pacto preexistente es, de por sí, una chantada.

Algunos suponen que arreglaron. Pero en realidad, tío Plinio querido, nadie tiene asegurado nada. Los pactos saltaron.
Que no sepan, si siguen, los ministros, vaya y pase.
Pero el suspenso de la perplejidad se apodera, también, de determinados empresarios.
Captar a MacriLos que tenían línea directa. O pacto directo, con Kirchner.
Un año después de la genialidad estratégica de su muerte, ellos ignoran, aún, la decisión de la ventanilla (imprevisible). La continuidad (o no) de la relación. O si se les viene, de sopetón, el cambio.
Innumerables treintones de La Cámpora enarbolan la medialuna empresarial. Dispuestos, claro, a mojarla.

La captación recíproca

Volvamos a Macri. Transitoriamente, le conviene, a El Niño Cincuentón, ser captado. El riesgo es recíproco.
Reconforta el mantenimiento de la cohabitación inteligentemente adulta. Dos «almas que en el mundo». Racionales.

Cristina, pobre, se encuentra cercada, geográficamente, por la dinastía de Los Macri.
Mauricio le controla el Artificio Autónomo, que contiene la Casa de Gobierno.
Y el inquietante Jorge, en una escala del ascenso, le conduce el municipio donde Cristina tiene la residencia presidencial.

Captar a MacriPero la hermandad espiritual Cristina-Mauricio se encuentra muy consolidada. Otras versatilidades temáticas los unifican.
La justicia, por ejemplo, instala un imán gravitante, que facilita el acercamiento. Por aquel disparate del espionaje, es obvio.
Pero también por las chiquilinadas de los colaboradores entrañables de la filosofía publicitaria. Fueron tristemente embocados por travesuras innecesarias.

La hermandad espiritual contiene, también, los atributos del juego.
Permita prescindir, aquí, tío Plinio querido, también de los apellidos y de las conexiones. Es, puede asegurarse, toda «gente bien». Presentable.
Tampoco sirve, para el efecto de esta cartita conmovedora, insinuar, alguna data, relativa al contenido de las ensoñaciones mensuales. Siempre, eso sí, espirituales. Galvanizan la relación política.

Pero la fraternidad, repentinamente, es complementada por la magia del negocio del subterráneo. Que hoy se lo tiran, a Mauricio, por la cabeza. Un Schiavi que lo conoce demasiado bien.

Pronto, en las estaciones, podrá admirarse la brillante ferretería china. Es la que aporta el deslizamiento comercial del más importante de los Macri. Es el Macri de oro. Ni Mauricio ni Jorge. Es el fundador de la dinastía. Es Franco.

Cuesta, según las Gargantas, llevarle un poco de sosiego al concesionario cordobés.
La intensidad de las preocupaciones de Don Aldo dista de atenuarse por el mantenimiento de la mitad del subsidio. A esta altura, tío Plinio querido, es una propina.
O por la influencia intelectual, sobre El Cordobés, de Nicky. Es «el amigo de la vida» de Mauricio, el ideólogo fundamental, siempre presente entre las sinuosidades del PRO. Nicky no baila con los bracitos hacia el cielo, ni suelta globos de colores en el jolgorio. Pero merece ampliamente el reconocimiento. Que desde el portal, a la formación, se la denomine «el macri-caputismo».

Captar a MacriCaptar a Macri. Primera parte del Plan de Acción del Noviembre Cruel. Objetivo logrado.
Pero Cristina está también captada.
Es de esperar que la relación con Cristina, la captadora, registre un epílogo algo más alentador que el de otras captaciones superadas.
(Evóquese, aquí, entre las secuelas, al desperdiciado López Murphy, el Gato que suele presentarse como bulldog. Y también, al desvanecido don Pancho De Narváez, aquel Caudillo Popular).

Dígale a tía Edelma que, para el noviembre cruel, el I Ching le da lo mismo que a Cristina.
El Po. Es la disgregación.
Cita textual: «es el momento de las esperas». «Los problemas se desarrollan en el interior».
Le conviene «no tomar decisiones». «Postergar todo para el futuro».
Marzo vendrá -dígale a tía Edelma- con la luz y con la bendición.

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