Cristinazos
INTRIGA ELECTORAL (I): Celos de Macri. La civilización duhaldista acusa a Rodríguez Saa. Tirarse con Cristina.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
1.- Durán Barba, de asesor
a protagonista
FILA DE VICTIMAS
Macri, el Niño Cincuentón, asume la táctica de partir. Se raja.
Pudo resistir la fuerte incitación de Durán Barba, El Equeco.
El martes, el pensador ecuatoriano ya pretendía arreglar una cumbre Cristina-Mauricio. Vestidito Negro (cliquear) y Niño Cincuentón.
Para Durán Barbas, hasta antes del 14 de agosto, las acciones de Mauricio se cotizan incomparablemente altas.
Más allá del 14, de las primarias más irracionales de la historia de la democracia, la cotización de Mauricio, en la percepción de Durán Barba, van a caerse.
Lo más nutritivo, de la (falta de) campaña, es lo que se dice. Pero no trasciende.
Entre los globitos multicolores del PRO, algunos detectados sostienen, con relativa confidencialidad, que Durán Barba «trabaja para el gobierno».
Sostenerlo no significa, necesariamente, que se trate de un trabajo profesional. Con retribución económica. O de un arreglo por izquierda.
Es peor. Porque creen que ideológicamente Durán Barba adhiere, y favorece, al gobierno.
Acostumbra pontificar, melosamente, los atributos de Cristina. La considera una excelente candidata. Brillante oradora.
No conforme, El Equeco exalta también las virtudes republicanas del postulante a vice, Boudou.
«Es joven, anda en moto, canta y toca la guitarra».
La mutual del PRO depende, exclusivamente, de la animosidad de Mauricio. Los iniciados, conocedores de sus reacciones, consideran que El Niño Cincuentón ya se fastidió del exhibicionismo de Durán Barba.
«Mauricio está celoso de Jaime», define la Garganta.
Para la teoría, a Mauricio lo irrita la transformación expresiva de Durán Barba. La mutación del lúcido asesor, hacia la categoría de gran protagonista. Con el lucimiento de su academicismo mediático, que terminó por saturar, justamente, al sensible celoso que le brinda empleo.
Es probable entonces que Durán Barba, en la primera de cambio, acceda a la nutrida fila de víctimas de Macri.
De los utilizados y abandonados por Mauricio. Después de descartarlos, de vencerlos. Desgastarlos.
Se lo encuentra, en el primer lugar, al estampado López Murphy. Seguido del devaluado Blumberg. Tercero, ineludiblemente, viene De Narváez.
En adelante, la desplazada señora Gabriela Michetti podrá no ser la última víctima.
¿Podrá ser, acaso, el próximo, don Jaime Durán Barba?
El Equeco ingresa paulatinamente en el frío. Con el pretexto de los llamados tontos. Imbecilidad que salpica, también, el ámbito de Marquitos, el Benjamín.
La frivolidad amarilla de los globitos oculta una verdad. Que Mauricio ya aprendió demasiado del «arte de la política», como la definía Menem. Lo suficiente como para saber borrarse en el momento oportuno. Junto a la bella Juliana. Aunque sus acciones -en la teoría de Durán Barba- puedan riesgosamente bajar.
Lo insinúan, también, para apretar, los otros candidatos que se resignan a esperarlo con los corazones abiertos. A los efectos de ser beneficiarios con la fotografía de un encuentro. Al menos, con la dedicación de algún pasito. O la rítmica semi-circularidad de los brazos en alto del Niño Cincuentón. Con la música de Gilda. O ensimismado por el «ardor de la ciudad».
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2.- La civilización duhaldista
desconfía de los puntanos
LOS 4 O 5 PUNTOS DE LOS RODRÍGUEZ SAA
Los exponentes de la renacida civilización duhaldista, sin mayor entusiasmo por permanecer en el anonimato, confidencian, a los gritos, que «los Rodríguez Saa trabajan para el gobierno» (es el mismo agravio que recibe Durán Barba en el PRO).
Porque -aseguran- «hay mucha plata en juego».
Se menciona, incluso, la existencia de una grabación. Para darla a conocer en el momento preciso.
Describen a una intermediaria bastante conocida. Ostensiblemente hábil para las negociaciones. De la escuelita de Manzano, aunque ella es autodidacta.
Supo destacarse en el liberalismo de los ochenta. Muy peronizado -aquel liberalismo desaparecido- en los noventa.
«Lo que pasa es que nosotros no nos sumamos a la jugada de Duhalde», confirma otra Garganta, vinculada a los artilugios de «los hermanitos».
Los conductores del Estado Libre Asociado de San Luis.
«Desde que los duhaldistas se escaparon de la interna, en Tucumán, que andan con eso. Si hay algo que no les falta, a los Barros Schelotto, como los llaman ustedes, es plata».
Pero los duhaldistas sistemáticamente los devalúan.
«Cuatro o cinco puntos los puntanos nos van a rajuñar» -aseguran.
La civilización duhaldista renace, artificialmente, de las ruinas, merced a las nutrientes espirituales de dos sindicalistas gravitantes.
Las Gargantas confirman que ambos suelen quejarse porque Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas), «nunca pone una moneda, de la de él».
Benegas, El Momo, de los trabajadores rurales. Y Barrionuevo, Luisito, alias Harry. Como solía llamarlo el extinto Jorge Triaca, el amigo que se extraña.
Pese a los esfuerzos infatigables del imaginativo eje Toma-Aráoz. O a la incorporación del popular seductor Martín Redrado. O a la resurrección casi milagrosa de Carlitos Ruckauf, la civilización duhaldista aún no recuperó el esplendor suficiente de sus años de gloria. Para presentarse, al menos, como una alternativa inquietante.
Sólo la civilización duhaldista se fortaleció lo necesario para aprovechar -pese a las carencias estructurales de su escudería- el estancamiento inconcebible de Alfonsín, El Menoscabado.
De contar con los «4 o 5 puntos», que les admiten apenas a los Rodríguez Saa, ya Duhalde hubiera podido encarar como el opositor más temible.
Para confrontar, con expectativas moderadamente optimistas, con las conmovedoras escenografías de Vestidito Negro.
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3.- Festival del Corte-2011
en Buenos Aires
LA CONSPIRACIÓN DE LAS TIJERAS
En «Buenos Aires, la provincia inviable» (cliquear), se amaga con organizar el Festival del Corte-2011.
Significa anticipar la «crónica de la traición anunciada».
En el kirchnerismo, aún en su versión cristinista, se sospecha de los riesgos de la traición en cadena.
Al extremo de decidir que el reparto de las boletas se efectúe lo más tarde posible. Para impedir la picardía de los tijeretazos.
Las Gargantas territoriales confirman que comenzaron, misteriosamente, a llegar cientos de miles de boletas cortadas. Mantienen, según nuestras fuentes, la propuesta gubernamental de Francisco De Narváez, El Roiter.
El cortado de la boleta es, según las vertientes, Ricardo Alfonsín.
Aparte de ser menoscabado, y de haberse estancado, Alfonsín pasará a ser, después del lunes 15, un traicionado más.
Porque se promueve, a esta altura, la gobernación De Narváez, pero con el presidente a la carta que sea. Carrió, Rodríguez Saa, Duhalde, la propia Cristina.
De acuerdo a la otra conspiración de las tijeras en marcha, Cristina pasa también a la condición de víctima.
Porque se estimula tijeretearla, a Cristina, en el Festival. Para dejarla de lado, como un papel vulgar en el piso, o en el cesto.
Y mantener el resto de la boleta. Con el gobernador Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol. Y agregarle, sobre todo, la boleta de Duhalde, con Das Neves, el Tenor Portugués. Y arrojar al cesto la boleta cortada del Conde Amadeo, candidato a gobernador de Duhalde.
El preciso corte, que favorece el entrecruzamiento del ticket Duhalde-Scioli, se impulsa, según nuestras fuentes, desde diferentes mini-gobernaciones del conurbano bonaerense.
Nada puede hacer el mini-gobernador Pereira, de Florencio Varela, desde la Federación de Municipios, para evitar el atentado contra «el modelo».
A El Furia, Pereira podía verlo, para discutir sobre la filosofía del paso del tiempo, tres veces por mes. A Cristina, tan sólo, puede aplaudirla, de pié, en los actos.
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4.- En Córdoba se tiran
con Cristina
CRISTINAZOS
En Córdoba, a Cristina, le va mucho peor que en Santa Fe. Y que en el Artificio Autónomo.
Porque en Córdoba se tiran con Cristina. Con violenta crueldad. Los cristinazos vuelan como los pájaros.
Derivó -la pobre-, en su retroceso, en un objeto contundente de degradación.
Aguad le tira radicalmente, con Cristina, a De la Sota. Su estrategia consiste en pegotearlo.
Pero De la Sota suele esquivar los cristinazos. Aunque debe aceptarse que, de vez en cuando, algún cristinazo le entra.
Juez, el superado por Del Sel, también suele tirarle a De la Sota con algún cristinazo disparatado. Pero sus humoradas divierten invariablemente menos que cuatro años atrás. Cuando acusó a Schiaretti de haberle soplado la elección. Justamente, Schiaretti era el amigo que compartía, con Juez y Pezoa, el espacio innovador del cavallismo.
De ganar el próximo domingo, De la Sota, como gobernador electo, y después de haberla esquivado tanto, va a disponerse, primero, a rajar, como Macri.
Y luego a cerrar, según nuestras fuentes, el principio de acuerdo con Cristina.
En caso que Cristina gane también su partida de octubre, la administración de Córdoba implora por el arreglo. Sobre todo por el estallido de la Caja de Jubilaciones.
En los bares del Patio Olmos se confirma que, después de ser electo, De la Sota pondrá, sobre la mesa, la ofrenda de la lista de diputados. Para adherir, en octubre, a la lista de Cristina.
De leer hoy esta columna, Aguad podrá recargar el recurso de los cristinazos. Pero ya se entra en la veda.
Aparte, a esta altura, un cristinazo no se le niega a nadie. Ya no sirve, siquiera, para cambiar el rumbo de la suerte.
Continuará
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