Jugadores fuertes
Mario Das Neves, de Avellaneda, le gana en Chubut a Cristina Fernández, de Tolosa, La Plata.
Artículos Nacionales
La nacionalización natural, de las elecciones en Chubut, sirvió para registrar el crecimiento innegable de Cristina Fernández. Pero también para nacionalizar la figura de Mario Das Neves. El Tenor Portugués.
En adelante, la maratón de compulsas electorales que se dispone a brindar el cismático Peronismo Federal, a partir del 3 de abril, presenta un poco más de interés. Comienza (la maratón) en el Artificio Autónomo de la Capital, a los efectos de asegurarse lo más gravitante. La fundamental cobertura mediática.
Hasta hoy, la compulsa interna del PF resultaba tan atractiva como la interna del INTI. Se aguardaba un triunfo mecánico de Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). La victoria del bonaerense Sin Tierra, sobre los dos sparrings que se caracterizan por ser jefes territoriales.
Alberto Rodríguez Saa, innovador artista plástico, gobernador del Estado Libre Asociado de San Luis (del que con seguridad va a ser reelecto). Y Mario Das Neves, el Tenor Portugués, gobernador, aún en ejercicio, del Chubut.
A través del ajustado triunfo de su candidato, Martín Buzzi, maire de Comodoro Rivadavia, Das Neves acaba de revalidar la legitimidad. Representa la base de sus ambiciones.
Al cierre del despacho Buzzi triunfa sobre Carlos Eliceche, el maire de Puerto Madryn, que forma parte de la escudería kirchnerista.
Apostadores
En la semana, Das Neves dramatizó su actualidad. Apostó fuerte.
Trasladó, al electorado, la problemática personal, signada por la obviedad del juego. Aseguró que si perdía se retiraba de la política.
Aunque no lo dijera, la derrota eventual iba a ser definitoria. Descalificadora. No podía continuarse con la pedantería presidencial si perdía en su territorio. Donde, hasta hacía muy poco, mantenía la hegemonía incuestionable. La suficiente como para irritar, con sus veleidades de autonomía e independencia, al Kirchner que aún vivía. Y que se suponía hegemónico en todas partes. Sin disposición para compartir el liderazgo con otro jugador fuerte en la Patagonia.
Como Das Neves. Quien, aparte de jugar fuerte, no vacilaba en pulverizarle funcionarios. Como a aquel poeta nostálgico, Alberto Fernández. O impugnarle políticas. Discutirle estrategias petrolíferas y -sobre todo- empresariales.
Los mismos empresarios que se promovían desde el kirchnerismo debían esforzarse, casualmente, para acordar, también, en Chubut.
Das Neves le hacía notar, a Kirchner, que Chubut no era Santa Cruz.
Y que él -Das Neves- distaba de ser ningún Acevedo. Pero sobre todo tampoco no era ningún Sancho. Ni siquiera un Peralta.
Tres gobernadores de poder delegado. Por aquel Kirchner que se fastidiaba, cada día más, con las insolencias y desafíos del Tenor Portugués.
Kirchner era el paradigma del jugador fuerte. Entonces se dispuso a caminarle el territorio a Das Neves. A sus espaldas. Sin siquiera avisarle.
Por ejemplo El Furia aprovechó un miércoles, en que Das Neves había viajado a Buenos Aires. Para notificarle, a Eliceche, el maire de Puerto Madryn, que iba a pasar a visitarlo. Deambulaba con unos empresarios que planificaban la construcción de un hotel de cinco estrellas en Puerto Madryn, frente al mar. De los que lavan más blanco.
Como correspondía, gratamente sorprendido, Eliceche se comunicó con su gobernador. Para reportarle la proximidad de la visita del ex presidente.
Como también jugaba fuerte, entonces Das Neves le ordenó: «Borrate».
Pero Eliceche ya no podía -ni quería- borrarse. Otro pichón de jugador fuerte. Explicablemente, según la Garganta, lo esperó a Kirchner, en el aeropuerto de Madryn. Para quedarse aferrado al visitante. Hasta la elección «inolvidable» de ayer.
Adopciones
Das Neves es patagónico por adopción. Como Cristina, Zanini, Icazuriaga, Jaime, Larcher, De Vido. Y la gran mayoría de la secta de los Pingüinos Truchos.
Es oriundo de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.
Lo cual tienta a afirmar que en Chubut, ayer, 20 de marzo del 2011, compitieron dos bonaerenses. Por intermedio de sus respectivos delegados.
Cristina, de Tolosa, de las cercanías de La Plata, lo llevó a Carlos Eliceche, de Madryn.
Das Neves, del barrio de Crucecita, mantuvo la postura con Martín Buzzi, de Comodoro.
Ganó Crucecita. Tolosa protesta.
La maratón del Peronismo Federal adquiere, en adelante, atisbos de suspenso.
El próximo objetivo de Das Neves consiste en interrumpir el planificado monólogo de Duhalde. Se suponía plácido.
Con la fuerza de haberle ganado a Cristina. Y con la reiteración del acuerdo con su candidato a gobernador de «Buenos Aires, la provincia inviable» (cliquear).
Trátase de Francisco de Narváez, «El Roiter» (cliquear). Es el desperdiciado que le ganó a Kirchner para abreviarse, como un bichito de luz, sorprendido por la travesura del fósforo.
Pero Das Neves -aparte de Duhalde-, tiene también otro adversario. Es el reconocido artista plástico Alberto Rodríguez Saa. El creador que lo excede a Das Neves. Que emerge con el apoyo sustantivo de Ricardo Fort. Ocurre que los genios artísticos suelen ser imprevisibles. No se sabe, con ellos, cómo actuar. Se los deja solos, por un instante, y son capaces -incluso- de cortarse la oreja.
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