Foto del Tucumán violento

Cristina habilita las jugadas. Pero ya no es sólo contra el Grupo.
En el desborde del exceso, los fundamentalistas del cristinismo hoy arremeten también contra periodistas directamente identificados.
Con vengativa crueldad, los huérfanos del kirchnerismo póstumo avanzan sobre el prestigio de Joaquín Morales Solá.
Se lo hostiga judicialmente, desde Tucumán. Derivaciones de una fotografía captada 36 años atrás.
Cuando, con 26 años, el periodista Morales Solá cubría el violento Operativo Independencia. Para La Gaceta de Tucumán, y como corresponsal de Clarín.

El objetivo de la ofensiva es ofensivamente evidente. Consiste en fecalizar su trayectoria.
Resulta llamativo el silencio culposo del colectivo gremial de los periodistas.
En adelante, un profesional de la prensa tiene que comprarse, para siempre, los temas que les toque cubrir.
Debe hacerse cargo, incluso, de la trascendencia de los hechos que el cronista tenga que tratar.
Se pone imposible la actividad periodística. Es de riesgo estratégico.

Para descalificar a Morales Solá, la artillería más pesada procede del semanario radicalizado «Miradas al Sur».
(El propietario es Szpolsky, un verdadero pichón de Magnetto. Y lo dirige Eduardo Anguita, coautor de «La Voluntad», indispensable texto de autoayuda revolucionaria).

La artillería fecalizadora cae sobre Morales Solá. A través de las terribles impugnaciones del periodista Marcos Taire. El hombre parece tener, con Morales Solá, algo más que una disidencia ideológica. Se asemeja más a un «problema personal».

Taire acusa, a Morales Solá, hasta de haber intentado entregarlo a los represores. Durante una cita trunca en el Florida Garden.
Hasta para el exceso, es demasiado.