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El Desmembramiento

El Furia y La Elegida se estampan los helados en la frente.

Jorge Asis - 6 de octubre 2010

Cartas al Tío Plinio

El DesmembramientoTío Plinio querido,

Primero fue el descascaramiento. Mal que mal, los Kirchner supieron recuperarse. El revoque de yeso les resultó, transitoriamente, eficaz. Para tapar las cáscaras.
Ahora transcurre el turno del desmembramiento.

El kirchnerismo, paulatinamente, tío Plinio querido, se desmembra.
Pierde fuerzas inconcebibles. Entre los abogados. En la inquietante Justicia. Hasta trompearse, de pronto, con la institución que solía presentarse como el máximo orgullo. Compuesta, en la actualidad, por la concatenación de «turros».

De la cordialidad pasiva de Yasky («El Moyano blanco de las uñas limpias»), debe pasarse a la firmeza reivindicativa de Michelli. Que se viene con la tropa disciplinada de la zurda que responde a El Tano.
De Gennaro es portador del mismo virus que afecta a Moyano, el beneficiario indirecto de la movida. «El virus de Lula» (cliquear).

Hoy la complacencia de Yasky debe trocarse por el estado de movilización permanente que se aguarda con Michelli.
A Moyano, el proletario de Carpani, en adelante, El Furia tendrá que tratarlo con pañales de terciopelo. Proporcionarle, incluso, aspirinas efervescentes. Evitarle el resfrío.

El desmembramiento se intensifica con los gestos de emancipación de los fieles cansados. Hartos que perciben, aunque lo desmientan, que se asiste a las vísperas del ciclo, tío Plinio querido, rigurosamente terminado. Dilatado, apenas, por las imposturas de la virulencia oral. Por el control sin escrúpulos de la lapicera decisoria.

Desfilan las facturas de los leales. Sin ir más lejos, el senador Pichetto supo representar, entre las claves expresionistas de su rostro, las jactancias y los reveses parlamentarios.
Pichetto ya pasa, públicamente, tío Plinio querido, la factura de su postergación provincial. Fue en el tradicional café «La Puerto Rico», donde funciona la peña de oficialismo terapéutico.
En Río Negro, El Furia lo postergó a Pichetto. Prefirió apoyar a Víctor Saiz. Es el Radical Kash que se quedó aferrado a la caja registradora del «modelo». Del proyecto. Como Zamora. El neo-Juárez radical de Santiago del Estero.
A los peronistas lugareños, como Pichetto, les queda el recurso de la oración.

Epidemia

Precisamente es en el Senado donde se registra, tío Plinio querido, el mayor índice de la epidemia de «toma de distancias».
El abanico abarca desde la indomable señora Bortolozzi, de la Formosa de Gildo, hasta, acaso, nuestro máximo ídolo. El ex dócil caudillo bonaerense Pepe Pampuro. El incomparable cebador de mates con sacarina, en las distintas cocinas abandonadas de Los Duhalde. Hoy Pampuro es Presidente Provisional del cuerpo. Sobre todo el crédito eterno del Portal.
Pampuro ronda, por lo que sabemos, aún sin recurrir a los mates, entre los deslizamientos audaces del mini-gobernador Massa, del Tigre.
En sus desbordes, Massita supo estimular el delirio de una aventura presidencial. Catapultado desde la patota, aún relativamente verde, del seleccionado de los Sub 45. Contiene al promisorio gobernador Urtubey, de Salta, que aún no consigue despegarse del poeta Alberto Fernández. Contiene a Bruera, el mini-gobernador de La Plata. Es el protagonista, hasta hoy, de la casi inadvertida insolencia. La palpada de traste. Porque Bruera se atrevió a llenar el Luna Park, el ya histórico 24 de agosto. Cuando El Furia fue a aplaudir a Moyano, en el acto precipitado de La Plata. Cuando La Elegida se estampaba el helado en la frente. Con aquel monólogo dedicado a Papel Prensa, emitido por cadena nacional.
Pero entre el seleccionado de los Sub 45, por ahora, tío Plinio querido, se impone la concepción de Emilio Monzó, el teórico positivista.
«En el 2011, muchachos, vayamos donde podamos. La nuestra es el 2015».

Sigue Guinle, el senador por el Chubut. Acuerda Guinle con Das Neves, el Tenor Portugués. Desde la gobernación que despide, el Tenor entona «La furtiva lágrima». Mientras no logra zarpar en el puerto de las encuestas. Para la ilusión de presidente.

Otro decepcionado, anótelo, tío Plinio querido, es el Flaco Gioja.
En San Juan se respira el aire irrecuperable de la ruptura. Decidido, con la dureza de los fundamentos mineros, según nuestras fuentes, por El Flaco. José Luis, el gobernador. Que lo arrastra al hermano César, el senador.
Justamente Gioja despuntaba para ser el compañero de la fórmula eventual de Kirchner. Pero ahora, a cielo abierto, Gioja contempla sin romanticismo el horizonte. Como si lo indagara.
¿Adónde situarse? ¿Cuando romper?
Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, no está solo en la disyuntiva.

Otro prócer, que retrocede algún paso, afectado por la epidemia que oculta, es el paisano Alperovich.
El gobernador de Tucumán es aquel radical que debió hacerse cargo de la desbandada del peronismo.
Pero hoy Alperovich se muestra confidencialmente harto de la ingratitud.
Desde el festejo del 25 de Mayo, que la fantasía, abruptamente, le disminuye. Como la presión.
En un extraño rapto de ingenuidad, Alperovich había trasladado cientos de tucumanos. Para que lo glorificaran, frente a la Basílica de Luján. Pero la senadora Rotkes, esposa del gobernador, pudo captar, según las vertientes, entre El Furia y La Elegida, algún comentario desagradablemente despectivo.
«Este Ruso se cree que por poner carteles puede ser el vice».

El reto

Pero fue con el reto equivocado, demagógicamente efectista, a Scioli, donde El Furia se estampó el helado en la frente.
La verdugueada oral de El Furia favoreció largamente, tío Plinio querido, al retado. Por haberse bancado el exabrupto. Sin caer en la itálica facilidad de la salida brusca. La de enviarlo, por ejemplo, a la c… A la casita de la hermana. Sin golpear ninguna mesa, ni patear ningún tablero.
Con fe y con esperanzas, hay que tragar y seguir siempre para adelante.
Hoy le basta a Scioli, para marcar la distancia, con diferenciarse de los arrebatos patológicos de los desmesurados.
Le basta con no anexarse en la barbarie de la descalificación. Hacia la Corte. Hacia los grandes medios. Con no comprarse más las causas perdidas que El Furia lo obligó a comprarse.
Le basta con la inocencia del «hay que respetarse más». O con el piadoso «hay que dialogar». Para que la sociedad cansada descubra, de pronto, a Scioli, como el posible sucesor.
Se le abre entonces el período sutil. Para consolidarse, si es que le interesa, como alternativa.
Pero va a serle imposible, tío Plinio querido, a Scioli, convivir con las turbulencias de quien ya no lo soporta.
El Furia está completamente decidido a evitar, como sea, que Scioli pueda renovar la gobernación.
Aún enfermito, El Furia delira. Planifica la utopía de sacarlo de La Plata, a Scioli, con el flancito instrumental de Amado Boudou. Con el dinero disponible que maneja arbitrariamente el chico Bossio, desde la Ansés. Con la capacidad temprana, «para armar», del mini-gobernador Insaurralde, de Lomas de Zamora.

Por querer sacarlo a Scioli de la gobernación, El Furia logró -a pesar de Scioli- instalarlo como el presidenciable imaginario.
La desmesura demuestra que Kirchner, tío Plinio querido, es el campeón, en la categoría de los errores.

Dígale a tía Edelma que la onda del Reporte Kármico es para la gilada. Interesa sólo a los brujos vocacionales.
Es conveniente explorar, junto con la Otilia, la energía de los Chakras.
Van a descubrir juntas, la tía Edelma y la Otilia, las propiedades misteriosas que se ocultan entre los cristales brillantes de la amatista. Y en los atributos mágicos de la aguamarina azul, la piedra más difícil. Sólo se consigue, por aquí, la verde.

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