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Informe Moreno

GUERRA DE CONVALECIENTES (VI): Batalla de Papel Prensa. El acoso a Mitre y Magnetto.

Oberdan Rocamora - 28 de junio 2010

Miniseries

Informe Morenoescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

«¿Novedades en el Frente?»
Erich Maria Remarque

La batalla de Papel Prensa arrancó con el cambio expresivo del poeta Alberto Fernández por la señora Beatriz Paglieri. Brusca alteración, en materia de los «directores por el estado». La changa, hasta la declaración de guerra, fue bastante apacible (no olvidar que, por impulso de Schiaretti y Cavallo, en su momento se designó director a Luis Juez, actual senador). De la changa salía el Alberto, considerado un «clarinista» consensual. Para que ingresara la radicalización de Paglieri, «morenista» de confesión diaria, a los efectos de representar al estado en conflicto.
La escalada del belicismo prosiguió en los organismos respectivos de control. Con el desplazamiento de los funcionarios que no resultaran incondicionales para la causa. Es decir, a Guillermo Moreno, o, en todo caso, al «proyecto», o sea a Kirchner.
Rodó entonces el cargo de Eduardo Hecker, que fuera titular de la Comisión Nacional de Valores (la CNV). Rodó también el presente de Carlos Pacios, titular de la SIGEN.
Moreno, el Secretario de Comercio, es el cuadro emblemático de la estética kirchnerista. Puntal transversal. Jugador de toda la cancha. Histriónico y showman, del que se enumeran imposturas antológicas, aprietes memorables. Anima, con la extensión de sus monólogos, las cada vez más divertidas asambleas de Papel Prensa.
Se descuenta una espectacular actuación de Moreno, en la próxima asamblea. A celebrarse, según nuestras fuentes, el jueves. Ante la resignación del presidente Maquieira, un incondicional de Julio Saguier, el hombre fuerte de La Nación.
Dice Medea Lobotrico Powell, especialista del Portal en «pensamiento alternativo»:
«Moreno es la típica Cabra de Madera. Es sensible, creativo y tierno. Pero suele jugarla de guapo, de pesado. Sólo entre los tauras de escritorio, que se le amilanan, por miedo escénico».

Resolución 126

Moreno mantiene la competencia en todo lo relativo a las (presuntas) desprolijidades de Papel Prensa. Sobre todo las que ocurrieron durante el ciclo impugnado. Abarca desde el último trimestre de 1976, y el primero de 1977. La instancia más sanguinaria del proceso militar iniciado en marzo del 76.
La competencia de Moreno se encuentra legitimada por una resolución suscripta por Boudou, su superior nominal. Boudou es el ministro de economía que Moreno aún no decidió cargarse. Tal vez por la extraña simpatía que le dispensa La Elegida. Pero pronto Moreno, por instrucción de Kirchner, se lo va a cargar.
La movida ministerial mantiene un número que contiene el explícito atisbo de ironía. Es la Resolución 126.
Como si la Batalla de Papel Prensa le siguiera a la batalla (perdida) de la Resolución 125. O fuera la simple consecuencia de la 125.

La construcción del relato

Tratado el frente humanitario (ver «Ernestina, Marcela y Felipe», cliquear), es el turno del otro frente de exterminación. Papel Prensa.
Los frentes devastadores son activados, en su totalidad, por Kirchner, el Jefe del Estado Mayor del gobierno. En el arrebatado plan de aniquilamiento del «delincuente de Magnetto». O sea, del Grupo Clarín.
Ambos -Kirchner y Magnetto- son los mariscales de la Guerra de Convalecientes. Despierta, a esta altura, la Guerra, un interés que trasciende la cultura doméstica (al respecto, el director del Portal se disculpa ante los corresponsales que individualmente aún no pudo atender).

Aunque sea simultáneo, el frente de Papel Prensa viene más agresivamente adelantado, en materia de destrucción, que el conmovedor frente humanitario.
Confrontan, aquí, dos arsenales literarios. Se asiste al cotejo de dos argumentaciones antagónicas para la persuasión.
Diría La Elegida: diferentes «construcciones del mismo relato». Diametralmente opuestos.
El relato, construido por los acosados, contrasta con el relato que construye, de los mismos hechos, el gobierno que los acosa.
Para la infantería kirchnerista, del batallón de gurkas que comanda Moreno, se trata meramente de un despojo criminal. Conecta, en directa complicidad, con el flagelo del «terrorismo de estado». Enfila, directamente, hacia el previsible delito de «lesa humanidad».
Para Clarín y La Nación, en cambio, se trata de tendenciosas distorsiones de una operatoria comercial.
Con «el objetivo de adueñarse de los activos de la empresa, manejar la producción de papel nacional». Para someter «a los medios de comunicación».
Se alude, en definitiva, a la bandera desgastada de «la libertad de prensa», siempre en riesgo de avasallamiento.
La dignidad de la evaluación de los acosados contrasta con la presentada violentamente por los acosadores. La estafa que se registró al amparo de la impunidad. En un marco de asesinatos a canilla libre.

La «capacidad ambulatoria»

Cabe destacar la ponderable solidaridad que La Nación le dispensa a Clarín.
Marca el fracaso de la programada intención de dividir los dos grandes medios. Los socios del estado, en la empresa que presta el nombre a la batalla (ver «Separar La Nación de Clarín», cliquear).
Los tonos descriptos, en el capítulo de la referencia, coinciden con el texto de la demanda presentada, en conjunto, por Héctor Magnetto, de Clarín, y Bartolomé Mitre, de La Nación. Se analiza en el Juzgado Federal del juez (subrogante) Marcelo Martínez de Giorgi.
La demanda, de 57 páginas, avalada por el estudio Wortman Jofre, se impone como un destacable despliegue, de la versión de la historia, que impulsan Clarín y La Nación.
Lo que hacen, Mitre y Magnetto, con la demanda, es, según nuestras fuentes, anticiparse a las recomendaciones macabras del informe que prepara Moreno.
En Papel Prensa se aguarda el Informe Moreno, con explicables tensiones, para alrededor «del 5 ó 10 de agosto».
Pero es altamente probable que el Informe Moreno ya esté confeccionado. Listo para ser multiplicado por el conjunto de regimientos mediáticos que responden a la fuerza del oficialismo.
El título: «PAPEL PRENSA: LA VERDAD».

Al percibir que el objetivo de Kirchner-Moreno, consiste en detenerlos, Mitre y Magnetto, con sagacidad jurídica, deciden anticiparse.
Asoma, en el horizonte, la sombría edificación de la mazmorra de Marcos Paz. Por cuestiones imprescriptibles de la «lesa humanidad».
En la última asamblea de Papel Prensa, en pleno abuso de la palabra, y con su sarcasmo graciosamente intolerable, Moreno se refirió, según nuestras fuentes, a la trascendente preocupación, por el destino de sus osamentas, de Mitre y Magnetto.
Dijo Moreno algo que podría repetir el jueves 1º de julio, en la próxima asamblea:
«No hay que dramatizar, el Informe no juzga. El Informe explica. Esclarece. La justicia decidirá la capacidad ambulatoria de los demandantes».

«Silencio por Sangre»

La magnitud del Informe Moreno tendrá, acaso, similares enfoques gramaticales a los que registra el libro «Silencio por sangre».
Es la obra de los periodistas Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli. Editada por Miradas al Sur. Semanario de vanguardia del kirchnerismo salvaje.
Curiosamente, el libro también se presenta el jueves (en coincidencia con la asamblea teatral de Papel Prensa). Disertará Orlando Barone, que fuera periodista de La Nación y colaborador de Clarín. El evento se televisará en directo.
De su lectura, ya anticipada en el semanario salvaje, se desprende la obviedad. Alude al canje de complicidad, o sea el «silencio», a los efectos de no referirse a la violencia de la «sangre», de los aniquilados.
El traspaso accionario mantiene una sistemática relación con la «construcción del relato» que induce Osvaldo Papaleo.
Es -Osvaldo- el hermano de la señora Lidia, la viuda de Graiver, el novelesco Dudy. Quien, para ir a verla, se estrelló, en agosto de 1976, entre las montañas. En un avión privado, antes de llegar a Cancún.
Lidia relató sus padecimientos en la penúltima asamblea. Ante el perplejo Julio Saguier, y un Aranda, de Clarín, que no se atrevía a convalidar los padecimientos con su atención.
Dice Osvaldo en «Silencio por sangre»: «Vi a los tres grandes diarios de este país saquear una empresa de un grupo familiar cuyos miembros estaban todos presos, juzgados por un tribunal de guerra (…) que les sacó declaraciones bajo tortura».

Pasión cronológica

Falta, apenas, que intervenga la complejidad judicial. A los efectos de esclarecernos. Acerca de los contenidos cronológicos de los hechos que, supuestamente, se alteraron.
Debe constatarse si Lidia de Graiver vendió, como indican La Nación y Clarín, en noviembre de 1976.  «Cinco meses antes de ser detenida». O si vendió después de marzo de 1977.
Sobre todo importa, aquí, conocer el detalle de las condiciones de la venta. Si verdaderamente estuvo, la pobre, detenida y desaparecida, para reaparecer, esporádicamente, llevada por los captores, en una oficina céntrica donde brotaban los protagonistas de una ceremonia que, de ser cierta, es humillante. Degradante. Imperdonable. Así fuera antes, o después, de los vejámenes tan cercanos. Independientemente de la pasión por la cronología, de las contradicciones de los meses turbulentos. Es difícil cotejar con el golpe bajo, definitorio, que figura en el libro. Y también, invariablemente, en el Informe Moreno. La reflexión es de Papaleo:
«La mirada de Magnetto, negociando este tema, era más feroz que la mirada de los represores que la torturaban».

Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital

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