Cobofobia, Cobofóbicos y Cobofobismo
Croupier, Heidi, Traidor, Usurpador. Los Kirchner, jefes de campaña de "Cobos 2011".
Cartas al Tío Plinio
Tío Plinio querido,
«Cobos 2011», como proyecto presidencial, mantiene la jefatura de campaña de doble comando.
La comparten La Elegida y El Elegidor.
Para La Elegida, en el casino del senado, Cobos es el «Croupier». Hagan juego.
El Elegidor suele avanzar con el pedido de disculpas públicas hacia La Elegida. Por haberle elegido un vicepresidente «traidor». Tan distinto -Cobos- al Scioli suyo. El Scioli que Kirchner tuvo, y que, durante tres años, supo también esmerilar.
El «leal» Daniel, Líder de la Línea Aire y Sol. «Con fe, con esperanzas, siempre para adelante». Con el estómago blindado, Scioli demostró, a la sociedad ingrata, que pudo digerir hasta el sapo de las «testimoniales».
Desde Heidi a Zulma Lobato
La campaña Cobos 2011 es instrumentada, tío Plinio querido, por los calificados punteros kirchneristas.
Son Cobofóbicos de eficacia involuntariamente indirecta.
A la orden de El Elegidor y La Elegida, ellos compiten para la faena colectiva del esmerilamiento.
Logran instalar a Cobos como el próximo Elegido. Pero por la sociedad, que mayoritariamente los desprecia.
En primer lugar, por la jerarquía, se destaca El Premier. El bruloteador de la magnitud de Aníbal Fernández, que hoy suele deslucir la verba ante las botineras que se lo llevan puesto.
Supo El Premier estamparle, a Cobos, el imaginativo slogan de «jefe de la banda». También, presumiblemente, del senado. Donde es el «Croupier».
Aparte El Premier sostuvo que (Cobos) no está «capacitado para presidir una sociedad de fomento». Para finalmente superarse a si mismo, y alcanzar la cima de la inspiración con la originalidad literaria. Llamarlo «Heidi».
Más abajo, se amontonan, tío Plinio querido, los punteros de base, militantes del cobofobismo explícito.
Son Cobofóbicos que prosiguen con la estrategia de la equivocación.
Debe destacarse, entre los cobofóbicos esclarecidos, a Hugo Moyano.
Es quien le estampa a Cobos el slogan terminante de «Usurpador».
Pero cuando Moyano agudiza el ingenio, logra eclipsar hasta al Premier. Hacerle sombra. Porque lo compara, a Cobos, con la señora Zulma Lobato.
En la farsátira hace también su «bolo» el ministro Julio Alak. Prefiere catapultarlo -a Cobos- como «el vice más desleal de la historia argentina».
Otro «bolo» sublime pertenece al diputado Rossi. Considera que no les va a alcanzar la posteridad «para arrepentirse por haberlo elegido a Cobos como vice». Es una crítica elíptica hacia el Elegidor. Evoca, con desgarramiento rosarino, el breve lapso del noviazgo romántico. Cuando imperaba el slogan «Cristina, Cobos, y vos».
La caravana de los operadores, dialécticamente cobistas, es, tío Plinio querido, interminable.
Cobofóbicos emocionales como Pichetto, Carlitos Kunkel, Florencio Randazzo, Luis D’Elía, Dante Gullo.
En la caravana (de cobofóbicos) se anexa, incluso, hasta el flamante Cardenal Samoré. Julio De Vido. Aunque la esposa lo instruya, al Cardenal, para no hablar mal de nadie. Menos, aún, de Clarín.
Se desgastan todos en la magnífica incompetencia. Por estampar, sumidos en la cobofobia, los slogans consagratorios.
Derivan en el fortalecimiento del denigrado. Coinciden en la exigencia de reclamarle la renuncia. En la necesidad de plantearle el «juicio político, por incumplimiento de los deberes de funcionario público». Es el turno humanitario de la señora Hebe.
Por no sostener -Cobos- a La Elegida. Por erigirse, en la simultánea patología, como la figura menos desconfiable del casino de la oposición.
Hasta Schiavi, el ministro nonato en la materia, decide, tío Plinio querido, incorporarse al jolgorio movimentista de la cobofobia.
Alude Schiavi a la desastrosa gestión de Cobos como Gobernador de Mendoza. Para descalificar, en su precipitación, al Elegidor.
Justamente, al Elegidor que suplica disculpas públicas a La Elegida. Por habérselo elegido. Como escudero. A dedo. Al tuntún. «Porque Cobos no tenía reelección como gobernador».
Aunque persistan, presupuestariamente, aferrados al estigma de La Caja, tres gobernadores de los Radicales Kash, debe evaluarse que la Concertación venía concebida con destino de canasto.
El kirchnerismo destituyente
La des/concertación de la concertación. Después del suicidio «del campo», se produjo el divorcio previsible.
Para echarlo, a Cobos, es constitucionalmente tarde.
El vicepresidente no puede ser expulsado como la señora Miceli.
Cobos mantiene más derechos que la Primera Dama. O que -incluso- el Primer Caballero.
Es imposible recurrir al patriotismo abnegado del equivalente al Brigadier Antonietti. Para que asuma el heroísmo de desalojarlo.
Pero desalojar al vicepresidente es, tío Plinio querido, una acción golpista.
Tan golpista como cargarse -Dios nunca lo permita- a la Presidenta.
Al concentrar el desprecio colectivo de sectores mayoritarios de la sociedad, el kirchnerismo logra, con el reclamo destituyente, el efecto contrario. La consolidación de Cobos. Y que deba salir a defenderlo hasta su coprovinciano Sanz. O, insólitamente, la señora Carrió. Desplazada por Cobos con una vacilación, de la jactanciosa jefatura moral de los opositores.
En las encuestas, el vicepresidente esmerilado sólo retrocedió, tío Plinio querido, cuando intentó congraciarse con los Elegidores. Entre los altibajos parlamentarios generados por el otro súbito ídolo de las multitudes. Martín Redrado.
Trátase -Redrado- del promisorio que creció, en prestigio sociocultural, por retobarse a los Kirchner. Después de la armonía de cinco años.
A los Kirchner, enfrentarlos es aún redituable. Paga al contado.
Lo que el kirchnerismo ataca, tío Plinio querido, lo consolida. Motivo para un seminario.
Cada agravio kirchnerista lo acerca más, a Cobos, hacia la sucesión.
Después de todo Cobos mantiene el máximo atributo que lo torna digerible. Casi soportable. Es el mismo atributo que lo indujo, al Elegidor, a elegirlo.
Carece de reelección.
Al ser ya vicepresidente, Cobos tiene derecho, tan solo, a otro período más.
Si se intensifican los ataques cobofóbicos, habrá Cobos, apenas, hasta el 2015. El aburrimiento no deja de ser, también, una ventaja.
Dígale a tía Edelma que se anote, con La Otilia, en el servicio de horóscopo diario de Univisión punto com. Viene, últimamente, bastante bien. Acierta, o le pasa cerca. Es gratuito. Viene con el complemento de la previsión numerológica del día. Mi número es el 8. Hoy es 22. Significa que, por el 2 más 2, es un día 4. Habrá que ser cauteloso y esperar que me depara el 26. Es el lunes. 2 más seis es 8. Habrá que abrir las manos.
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