Choripanerismo intelectual
La COFRA. Hacia Frankfurt 2010.
El Asís cultural
escribe Carolina Mantegari
Editora del AsisCultural,
especial para JorgeAsísDigital
El Comité de Frankfurt -en adelante COFRA-, en nombre de La Elegida, lo preside la Embajadora Magdalena Faillace.
COFRA celebra asambleas, en el Palacio San Martín, que carecen de desperdicios. Aluden a la Feria del Libro de Frankfurt. Donde Argentina figura, en el 2010, como país temáticamente invitado.
COFRA centra, en la actualidad, la atención de los prodigiosos intelectuales argentinos, que aspiran a mojar las insignes medialunas del reconocimiento.
En el origen, el papelón organizativo se redujo a los cuatro íconos mostrables de la cultura nacional.
Por orden de aparición: Gardel, Evita, «Che» Guevara y Maradona.
De pronto, las inflamadas fuerzas vivas de la cultura decidieron indignarse con semejante propuesta. Con sensatez académica, instalaron que la feria de Frankfurt tenía que ver con el jolgorio de los libros. Entonces, merced a la presión, Borges y Cortazar pudieron apretujarse, también, en la breve iconografía.
Por el severo infortunio de estar vivo, Sábato, en cambio, no pudo anotarse.
La única excepción -entre los vivientes-, es Maradona.
Escritores subsidiados
Ricardo Jaime, el Señor de los Subsidios, supo influir, ideológicamente, en los desmanes del kirchnerismo cultural.
La ética del subsidio debió incorporarse a la iconografía de las traducciones.
Para gloria de los abnegados agentes literarios, los gerentes editoriales, los directores de colecciones ansiosos, también, por mojar sus medialunas, levemente endurecidas.
El Programa Sur sirve como estimulante. A través de algunos miles de euros. Para que los editores extranjeros se atrevan a traducir los textos escogidos de los escritores argentinos subsidiados. Impera el criterio de una Comisión Asesora, denominada Sub Comité de Selección.
Como en cualquier comisión posible, figuran brillantes intelectuales de la sobrevivencia. Glorias burocráticamente irreconocidas, de la magnitud de Noel Jitrik y Mario Goloboff, graves fatigadores de pasillos meritorios. Además mantiene el criterio asegurado, en el Sub Comité, la señora embajadora Faillace, el vibrante director de la Biblioteca nacional, Horacio González, el Inspector de la Feria Nacional, Horacio García, y la señora Silvia Hopenhayn.
Con distintos niveles, los referentes pugnan por aportar sus invalorables mercaderías personales en Frankfurt. Aunque deriven en materiales prescindibles para otros subsidios. Hopenhayn quiere instalar, por ejemplo, los videos literarios de sus programas televisivos. Los considera de gran utilidad. Gran aportador, Jitrik prefiere acomodar sus monumentales experiencias universitarias. El caudal canonizador. Por el mismo precio, Goloboff también trata de anotarse. En lo que pueda. Como si fuera un epígono del señor Divinsky.
Lombardi, el Madrugador
Destácase, en el «colectivo imaginario», otro firme merodeador de comisiones. Es Gosman, que asume el rescatable compromiso político del intelectual, un concepto por el que tan equivocadamente bregara Sartre, el antecedente menor de Jitrik.
Por lo tanto, Gosman politiza la cruzada del COFRA. En especial, para cerrar el paso al Secretario de Cultura metropolitano. O sea, «a la derecha». O sea, al funcionario del área que representa a Macri.
Trátase de Hernán Lombardi.
Es un muchacho -Lombardi-, particularmente resistido por el pleno del COFRA. Porque Lombardi suele dormirlos, a los cófrades, siempre. Como supo dormirlo al desplazado Secretario de Cultura de la Nación, José Nun, el que siempre decía lo mismo. Hartaba Nun con las alusiones al Pensador de Rodin, «porque le faltaba un libro».
Se aguarda que el nuevo secretario, Coscia, le aguante, al menos, a Lombardi, el protagonismo de un round.
Ocurre que Lombardi es demasiado rápido para los mandados de los desplazamientos. Cuando los cófrades del COFRA deciden acordarse, ya Lombardi les hace declaraciones desde Alemania. Les coloca, sigilosamente, un profundo Valium 50.
Los madruga, Lombardi, el madrugador.
Por ejemplo Lombardi madrugó, al pleno de COFRA en la edición 2008 de la Feria de Frankfurt. Porque el astuto funcionario se llevó colgados periodistas locales. Los que, por supuesto, lo entrevistaron. Con fondo alemán. Con chorizos más memorables que los de nuestros choripaneros. Y a la embajadora Faillace, pobrecita, nada. Apenas alguna mención, al pasar.
Para la edición 2009, la preparatoria de Frankfurt, brota, por suerte, el amparo financieramente moral de la cancillería. Que pondrá, por toda la fiesta temática, según nuestras fuentes, siete millones de euros. Para estupor de los profesionales de la Casa Casta.
En adelante, la embajadora Faillace podrá asegurarse, desde el 2009, las solemnes pontificaciones. La señora Reinoso, de La Nación, ya no podrá ningunearla. Porque mojan la medialuna, según nuestras fuentes, para el próximo desplazamiento, otros destacados colegas. Por ejemplo la señora Silvina Friera, de la Secretaría de Estado de Página 12. Y por supuesto, los dos comunicadores que forman parte del inventario televisivo. La señora Cristina Mucchi, y el impetuoso Osvaldo Quiroga, el jocundo animador de «La cultura del refugio». Es de esperar que no desistan del viajecito por la anticipada divulgación. En cambio fue resistida, según nuestras fuentes, la señora Canela. Por la fuerte vinculación con el monopolio que combate, frontalmente, el kirchnerismo.
Desaparecidos VIP
El choripanerismo cultural se encuentra alborotado. La posibilidad de ligar, en el 2010, el viajecito reconfortador, los moviliza. Porque se consolida la identidad. La opción conceptual por la vida creativa. Por la inconfesable esperanza que motivó, que destacados choripaneros de la inteligencia, firmaran pronunciamientos de apoyo a la candidatura de Carlos Heller, el Banquero de Brecht.
Por último, las diversas comisiones organizadoras de COFRA saben que nunca puede faltar, en el menú de ninguna propuesta cultural argentina, la referencia, testimonialmente insoslayable, hacia el dolor. El desgarramiento literario por los desaparecidos.
En un desborde consensual de la imaginación, decidióse, unánimemente, compilar una selección de textos, de los escritores desaparecidos más representativos. Elitismo que provocó una violenta reacción de las autoridades de la Sociedad de Escritores Argentinos. La SEA. Es la SEA, acaso, la obra más evocable del poeta Víctor Redondo, un epigonal del inolvidable Jorge Zunino, que solía fastidiar sobremesas junto Jorge Ricardo, Irene Gruss, Alicia Genovesse y Danielito Freidenberg.
A través de su legitimidad institucional, la SEA produjo un indignado documento. Donde se impugna a COFRA. Por preferir, exclusivamente, a los «Desaparecidos VIP».
Carolina Mantegari
para JorgeAsísDigital
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