Unión PRO sin PRO (I)
Jorge Macri, El Primo, es el problema.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
El desplazamiento de Jorge Macri, alias El Primo, menos que real, sólo fue groseramente mediático. Enriquecido por insidias derivadas del video que no aparece. Por desprolijidades que aluden a situaciones impresentables. Por recursos bajos que, por decisión del director del Portal, aquí no se deben exponer.
Pero Jorge Macri es, aún, el titular del PRO de la sustancial provincia de Buenos Aires. Mantiene el partido armado en 120 de los 135 distritos. Que le responden -aseguran los suyos-, en general. Como el Consejo Partidario, la Asamblea. Y no planifica, que se sepa, apartarse. En nombre de ninguna cruzada pragmática que decida dejarlo afuera.
Tampoco El Primo piensa pasar ningún año sabático. Ni irse a estudiar «ikebana» a ninguna parte. Ni desaparecer de las cercanías. Como tal vez quisiera su identificado adversario interno. Merecedor de un próximo despacho. El Caudillo Popular.
La sátira del sátiro
Asístese a la doble satirización de la figura de El Primo. Entendida en sus dos acepciones primordiales. Como sátiro, por la fama que le hicieron, de seductor informático.
Y como sátira, por la variación teatral.
Las impugnaciones al Primo, por el eventual comportamiento de sátiro, logran que el caso Jorge Macri derive, en el fondo, en una sátira.
O una farsátira, como aquellas de Andrés Lizarraga.
Si El Primo continúa inalterable, en su condición de titular del PRO provincial, significa que da, unilateralmente, por clausurada la licencia que nunca fue.
La licencia que Jorge acordó, acaso en un momento de retroceso, o de acosada debilidad, con Mauricio. El primo mayor, el Alcalde. Durante aquel encuentro legendario, en la jefatura de gobierno, donde Jorge fue retado por Mauricio.
La reconstrucción del diálogo carece de desperdicios. Para un próximo capítulo. A titularse: «Del Milan». Sin explicar, aún, por qué.
Lo gravitante es que Grindetti, el vicepresidente del PRO provincial, nunca asumió la titularidad.
Tampoco Torello, el «newmaniano», se hizo cargo, hasta hoy, de la publicitada intervención.
Peor aún. Porque no existe, en la práctica, ninguna intervención.
Escribía el poeta Nicanor Parra:
«Todo está como era entonces».
Algarabías
Al cierre del presente despacho, resulta conveniente la fumata colectiva.
Que se compongan, en lo posible pronto, a más tardar hoy, las especulativas diferencias de Jorge Macri, con Francisco De Narváez, el sindicado como causante de sus desventuras.
Puede consignarse que, de no registrarse fumata, es -según nuestras fuentes- altamente probable que Jorge Macri se disponga a lanzar su propia candidatura.
Es decir, que haya, en la provincia, otra lista del PRO. La auténtica. Institucional.
Entonces la alianza celebrada, entre el altivo triunfador De Narváez, con el perceptiblemente entristecido Solá, pasaría a ser, en adelante, la Unión PRO sin PRO.
Y De Narváez tendría que salir a alquilar, de apuro, otra estructura. No son baratas pero abundan.
La sátira del PRO sin PRO produce la algarabía, bastante previsible, de los referentes, ostensiblemente declinantes, del kirchnerismo que se evapora.
Testimonian, otra vez, que la oposición los legitima.
Porque se desarma antes, incluso, de armarse.
A propósito, el oficialismo kirchnerista tampoco se encuentra ausente, del todo, en la sátira.
Late en los preparativos perversos de la operación radial.
Suele aludirse, ante todo, siempre, al señor Mazzón, alias El Chueco. A la mitificada condición de pulpo instrumental que se le atribuye.
Trátase del diseñador de la Casa, que aumenta la dimensión de la aureola de operador, alrededor de la mitología. La cual lo habilita a Mazzón a facturar hasta las martingalas que no le pertenecen. Como el proyecto actual de fragmentación del PRO, que no le corresponde.
Pudo haber influido, en cambio, algún trámite verbal, encarado por el gobernador Scioli.
Trátase del líder de la Línea Aire y Sol. Scioli se encuentra adherido a la estrategia del kirchnerismo, como la hiedra a la pared.
Dicen que fue Scioli quien, telefónicamente, le habría anunciado a Jorge Macri un dato de interés superior. Que contaba, en la provincia, según su encuesta, con el 9 por ciento de los sufragios.
También pudo haber influido, en El Primo, el interés manifestado, supuestamente, en su destino, por Alberto Pérez. Trátase del Jefe de Gabinete nominal del «airesolismo» sciolista.
Pérez, alias El pobre Pérez, atraviesa el propio periplo de verdugueo personal. Por la escasa atención que le prestan los fatales minigobernadores del conurbano. Los que, directamente, hacen notar que ni siquiera lo atienden. Por lo tanto Scioli, a los efectos de fortalecer su credibilidad con los minigobernadores, precipitó la designación del equilibrista Eduardo Camaño. Fue el presidente menos reprochable de la historia argentina. Ni tuvo posibilidades de hacer daño.
De todos modos, Pérez se habría atrevido a sugerirle, a Jorge Macri, para colmo sin mayor suerte, posibles entrecruzamientos espiritualmente estremecedores.
De aquí a deducir que el kirchnerismo se encuentra en lícitas condiciones de financiarle, a Jorge Macri, la campaña electoral, hay un paso. Un trecho tan sospechoso como presumible. Largo.
Pero al cronista -nobleza obliga- no le consta.
Final con Filippo y PROblemas
De lo que se habla en la sátira, Francisco De Narváez, primer actor, se encuentra al tanto.
Según nuestras fuentes, su jefe estratégico, Alfredo Atanasoff, alias Pepe Iglesias (El Zorro), monocorde portador de duhaldismo explícito, departió, al respecto, con Eduardo Casulla.
Para ser exactos fue el último domingo, en la confitería Filippo.
Cuentan que Casulla es el abogado que emerge como uno de los máximos hombres de confianza de Jorge Macri. Suele decir: «Hablar con Casulla es como hablar conmigo».
Por suerte, Mauricio carece del ascendente mafiosamente cultural, que suele caracterizar a los grandes «capos» de familia. En extinción.
Si la concordia se impone, y El Primo otra vez es aceptado, en el lugar de dignidad que reclama -el cuarto-, y que cree pertenecerle, la Unión PRO, con la dupla del altivo De Narváez, y del triste Solá, puede mantener el camino más despejado hacia la victoria.
En cambio, si con glucolines espiritualmente desinteresados, Jorge Macri precipita alguna lista independiente, del PRO que preside, con la potencia del apellido que lícitamente le corresponde llevar, los votos que recoja van a resultar exactamente decisivos para el escrutinio final.
La negación de los problemas nunca implica suponer que los problemas no existan. O que deban resolverse solos.
Creer que se arregló, aquello que aún no está arreglado, funciona, en general, como un relativo mecanismo de negación.
En psicología, el tema es tratable en cualquier buena obra social.
En política es más grave. La creencia representa la antesala posible del estallido.
Los problemas, preferiblemente, deben resolverse. Y Jorge Macri es, en la actualidad, el problema.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital
Continuará
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