Puerto de Santa Cruz
Sin financiamiento para los miles de millones de dólares que cuestan las represas de La Barrancosa y Condor Cliff.
Artículos Nacionales
escribe Serenella Cottani
Interior-Provincias, especial
para JorgeAsísDigital
RIO GALLEGOS (de nuestra corresponsal itinerante, S.C.).- «Nos rec…, Serenella, otra vez. No me pueden exigir, como condición para entrar, que tenga un Hummer. Para después de dejarme afuera enterarme que basta con tener una Kangoo».
La Garganta, coloquialmente afectada, legitima el arranque de ira. Obedece al trascendido de la repentina rebaja de potencia.
De los 1.740 megavatios, anteriormente requeridos, ahora pasan, en la liquidación, a 1.120.
Para las básicas ofertas de construcción La Barrancosa y Condor Cliff, las dos homéricas represas hidroeléctricas. Situada, La Barrancosa, a 185 kilómetros, y Condor Cliff a 250 kilómetros. De la desembocadura del Río Santa Cruz. Aquel del puerto que inspirara los alaridos celestiales de Horacio Guaraní.
Keynesianismo bipresidencial
Trátase del penúltimo negocio del keynesianismo, en la provincia bipresidencial.
La magnificencia de la obra pública se halla, en el resto menos interesante del país, virtualmente paralizada. Pero por aquí brotan las ilusiones de los emprendimientos necesarios. Levemente inferiores a la envergadura de Salto Grande. O de Yacyretá.
Pero la epopeya, por la pecaminosa desprolijidad, amenaza con complicarse.
Primero, por la práctica imposibilidad de conseguir el financiamiento. Entonces cuesta atravesar el ámbito, multiplicadamente honorable, de los anuncios. Con discursitos incluidos.
Conste que la semana anterior debió ocurrir el definitivo acontecimiento. Al abrirse el sobre número 2, el de la oferta económica, en el salón del municipio de Puerto Santa Cruz.
La hora de los bifes. Con la altísima presencia institucional de La Elegida, y de la más alta investidura provincial, el gobernador Peralta. Y con la ausencia, bastante significativa, del ministro De Vido. Para la ocasión, De Vido estuvo representado por otra estrella consagrada por el Portal. El Secretario José López, alias El Neolopecito, el consuelo espiritual de los identificados recaudadores de ramos generales, los que suelen maldecirnos con imprudencia.
Como aquel Chiqui. O el entrañable contador Galera, emblema trasgresivamente semántico del kirchnerismo.
Sobre 2
Por una apreciable cuestión de pudor, las autoridades prefieren evitar que se conozca el monto exacto de las ofertas. Carecen de intenciones de herir susceptibilidades.
Fueron presentadas, las ofertas, por los dos únicos consorcios empresariales que pudieron mantenerse en la carrera. Anotados, inclaudicablemente.
Significa que los otros cuatro consorcios gravitantes se quedaron afuera de la epopeya.
De los 2.400 millones de dólares, que se calcularon en un principio, ahora se pasa, según nuestras fuentes, a los actuales 4.800 millones.
Cifras que, con astucia, se ocultan. Aunque es probable que todo, en el fondo, termine en otro estupendo amague. Como el amague del tren bala. Nadie sabe, en realidad, cómo es que las obras se van a financiar.
«¿Quién va a poner la tarasca, Serenella? Dígame», nos pregunta El Coloquial.
La apertura del sobre 2 permitió que las autoridades conocieran las ofertas de los dos consorcios seleccionados. El primero lo encabezan los Amalitos de Camargo Correa. Sucedáneos brasileños de Loma Negra. Conjuntamente con la Corporación América, del grupo que comanda Eduardo Eurnekián, e IMPSA, de Pescarmona, aquel que supo diseminar tanto prestigio en Aña Cuá, Paraguay.
El otro combinado lo encabeza Electroingeniería. Es la empresa del comisario, conducida estratégicamente por el camarada Gerardo Luis Ferreyra. Otro crédito consagrado por el Portal, como El Neolopecito. Son eficaces «Julitos boys», pero inspirados ideológicamente en el sobrepasado señor Zannini, alias El Ñoño. Otro que se cree, en sus alucinaciones, un estratega.
Conste que el eterno camarada Ferreyra suele intensificar la evocación de los padecimientos de su militancia. Sobre todo en las fervientes horas del reparto.
En la gesta del combo lo acompaña Cartellone, con su «expertise». Y la transversal IECSA, la empresa omnipresente que representa al llamado, con cierta malignidad, kirchnerismo macrista.
Porque don Franco Macri, el ex Padrino, le concedió IECSA, en un rapto de ternura, al sobrinito Calcatterra. El primo que se obstina en señalar que no es ningún «calcaterro». De nadie.
El rebaje
Cuando los dos grupos oferentes, los Ex Amalitos y Electroingeniería, se quedaron solos en la pulseada, desde algún lugar del gobierno decidieron, con espontaneidad programada, rebajar la potencia.
Son saldos energéticos de estación.
La alteración, que supo detectar la Garganta Coloquial, deriva en la banalización de «La Iliada».
La utopía de Homero, la anunciada optimización hídrica del Río Santa Cruz, se convierte en otra sistemática berretada. Porque en el pliego de septiembre del 2007, que inició el tramo decisivo del proceso licitatorio, se disponía que, la potencia a instalarse, debía ser de 1.740 megavatios. El Hummer.
Acaso para descartar a los aspirantes de «la perrada», que no podían calificar para mojar la medialuna de La Iliada. Por lo tanto, debieron apartarse. Segundos afuera. En adelante despuntaba el pleito para dirimirse, tan sólo, entre pesos pesados. En condiciones de quedarse con las obras de miles de millones de glucolines verdes, que generan seis mil puestos de trabajo, en los próximos cinco años. Con la fundación estoica de pueblos. Con la esperanza de pasar a la historia como auténticos visionarios. Por el diseño de plazas, colegios, prostíbulos.
Hasta que de pronto, mediante la sordidez de una circular, la perrada se entera de la rebaja de la potencia reclamada. A 1.120 megavatios. La Kangoo.
La tarasca
Los empresarios de la perrada, los que se sienten afectados por la violación del pliego original, planifican, según nuestras fuentes, un pedido de anulación.
Que es, probablemente, lo que las autoridades, por ausencia de tarasca, necesitan. Para dilatar la cuestión, y posibilitar más discursos. Con los traslados de los militantes desde los diversos costados de la provincia.
La tarasca, equivalente a los glucolines, según El Coloquial, debían invertirla, según el pliego engañoso, los privados.
«Había que poner la tarasca», nos confirma El Coloquial, indignado por la rebaja. La cual «permite ofertar por 600 millones de dólares menos».
El Coloquial insiste en notificar que, según su criterio, «esta manga de hijos de mil p…, lo c…».
Por lo tanto ahora es el estado nacional quien debe conseguir la financiación, por el 70 por ciento. «¿Quién les va a financiar 3.400 millones de dólares?», pregunta El Coloquial. Mientras asegura, airado, que «la tarasca nunca van a poder conseguirla». Y poéticamente agrega: «En la p… vida». Y agregó, sin disculparse por el coloquialismo bajo del lenguaje. «Estos, en lugar de encarar una epopeya, se van a tener que hacer la p…».
Serenella Cottani
para JorgeAsísDigital
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Puerto de Santa Cruz, por Natalia Pastorutti.
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