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Oráculos

PRELUDIOS (III): El kirchnerismo puede respirar.

Oberdan Rocamora - 7 de julio 2008

Miniseries

Oráculosescribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital

«Hay que elegir: a) lo hacen de brutos,
b) quieren más autocracia, c) quieren irse». Cachanovsky

La Pitia (*), desde el Oráculo, patinó levemente. Con el vaticinio le pasó cerca. Rozó el poste.
Para la Argentina, La Pitia había pronosticado un junio terrible. De patéticos calvarios, padecimientos trágicos. Pero que pronto se iban a disipar, en un julio felizmente esperanzador. Rebosante de amor y de paz.

Basamentada en la soledad del arrojo, inspirada en la valentía, La Pitia solía inflamarse en la mística.
Sin embargo, mediante un recurso ostensiblemente terrenal, La Elegida alcanzó a descomprimir aquel fatal veredicto de los dioses.
Bastó con anunciar el traslado, hacia el Parlamento, del hierro candente de las Retenciones Móviles. En el pleno de junio, en que venía tan mal. Después del cacerolazo colectivo. El 17.

Así fue que los chacareros, eternos madrugadores, resultaron, en el tercer capítulo de Preludios, madrugados. Les cedieron tardíamente lo que sus dirigentes pedían.
En adelante, la mitología sórdida derivó en un litigio contemporáneo de carpas. Sobra la indignación participativa para tratarla aquí.

Sobre la euforia

La euforia del kirchnerismo forma parte, también, del preludio.
Representa la levantada moral del irreparablemente condenado.
Con la media sanción de Diputados, La Elegida tuvo, por fin, una alegría. Como indica aquel tema festivo, que traficaran Las Primas:

«No digo todas las noches/tampoco todos los días/
pero si de vez en cuando podés darme una alegría».

Después de cuatro meses, de enredarse ensimismados en el propio arco, los kirchneristas pudieron recuperarse y respirar. Conquistar, incluso, transitorios momentos de autocelebración.
Los diputados ganaron. 129 a 122. Apretados como naranjas, dieron heroicamente la biografía por la Resolución Administrativa 125. La tensa congoja se transformó, después de 18 horas, en algarabía. Felicitaciones.

ADEVIK

La señora Carrió ya no se encuentra sola en el escenario de la confrontación.
Debe compartirlo, con otros exponentes inesperados, que brotan en el Olimpo de la oposición. Toman oportuna conciencia del descascaramiento.
Hasta la patología febril de las Retenciones, los flamantes opositores se caracterizaban por la prudencia infinita. Por la colaboración activa con aquel fenómeno culturalmente doméstico, alejado del universo helénico.
El kirchnerismo.

Crece, hasta expandirse, la ADEVIK. Es la Asociación de Víctimas de Kirchner. Organismo no gubernamental, con personería en trámite.
Para comenzar, brota, como nueva víctima, el vicepresidente Cobos.
Paradigma de los Radicales Kash, Cobos, el Cleto, produjo el desplazamiento de la atención. De repente es el referente más contemplado. Entre los que aguardan, y ansiosamente buscan, las alternativas.
Brota el mismo Duhalde, presidente honorario de la ADEVIK. El Poder se olfatea en sus oficinas productivistas.
En estado de insurrección, en eventual alianza larval con Cobos, la ADEVIK nuclea a otros flamantes exponentes que le disputan, de pronto, a la señora Carrió, el espacio. Hasta desalojarla del centro del espectro opositor.
Sin ir más lejos, irrumpe De la Sota, otro activista de ADEVIK, emblema del cordobecismo profesional. Menos que consultar al personal Oráculo brasileño, De la Sota debería, con cierta premura, entregarse a los servicios profesionales del doctor Cormillot. O consultar, con mayor rigor científico, a la doctora Kavanagh.
Pero ahora, también desde la ADEVIK, Felipe Solá abre el paso. A las trompadas limpias.
Felipe es, justamente, aquella víctima que le sirvió, al victimario Kirchner, para acabar con Duhalde, la víctima principal.
Hoy todos los canales conducen a la ADEVIK. Acuden, incluso, hasta los Barros Schelotto, popularmente conocidos como los Rodríguez Saa.

El Baile

Pasa, en el juego del Poder, lo mismo que en aquellos bailes formativos.
Nadie garantiza que, por llegar primero, un seductor pueda llevarse, del baile, a la mejor mujer.
O a la recíproca, por «una cuestión de género». Que una mujer que espera, logre conquistarse, por llegar temprano, al mejor candidato.
Porque de pronto llega El Ganador, a las tres y veinte de la mañana, y la sopla. Sin siquiera cabecearla.

Moraleja. Por haber sido la primera en degradar frontalmente al kirchnerismo, por ser de vanguardia, la señora Carrió de ningún modo tiene asegurado la cercanía del Poder. Por desenmascarar más temprano, no se cobra.
Conste que Carrió solía denunciar a Kirchner, cuando la casi totalidad de los aventureros del peronismo, hoy nucleados en la ADEVIK, se resignaban al arte extraño del encuadramiento. Con los pies adentro del plato.
Duhalde, ya usado y abandonado, se desempeñaba como un dócil inspector del Mercosur.
De la Sota era apenas el gobernador institucionalmente endeudado. Debía esforzarse en hacer meritoria buena letra, para ser desaprobado por los pingüinos, que lo detestaban.
Cobos, mientras tanto, subía el precio de la base. Para la subasta del Radicalismo Kash.
Y Felipe, para terminar esta parte de la serie, se sentía parte de la tropa.
Son los ganadores que llegan, al baile, a las tres y veinte. Pero están mucho más cerca, en el preludio, que Carrió. De la sortija del Poder.
Con la civilización periodística acontece algo similar. Brotan por doquier los analistas, súbitamente críticos, del kirchnerismo. Hoy, puede afirmarse, se les anima cualquiera. Brotan entonces los oportunistas francos que supieron dedicarse, hasta hace pocos meses, a la amenidad del acompañamiento positivo. A las adulaciones eróticas, en algunos casos, de la «petefilia».

Algarabía

Es saludable que el kirchnerismo disfrute, en el ocaso, de momentos de merecida alegría.
Es lícita la emotividad incolora de Kunkel, quien descubre, de pronto, aspectos reprochables en Felipe.
Como la vigencia de la satisfacción, en el rostro agotado, del «Chivo» Rossi.
O la distensión imposible de la señora Conti. Hoy puede atenuar el persistente gesto de señora enojada, que tanto la desfavorece.
Que festejen, con vientos de ganadores, en medio de la debacle, «el triunfo de la democracia». Que salten y bailen como Zorba, en la playa del final.
Mientras tanto, los kirchneristas sin encantos deben prepararse para el penúltimo round. La batalla del senado. Antes del presumible obstáculo de la Suprema Corte.
Luchadores que llegan maltrechos. Con la identidad en harapos. Malheridos de antemano. Con el riesgo del desprecio en los lugares de procedencia.
Con laceraciones institucionales, los kirchneristas exhiben, en pleno desencanto, las huellas del desperdicio más gratuito de la historia.

Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital

Continuará
Manténgase conectado.

(*) Pitia procede de Pitonisa. Sacerdotisa, adivinadora, o directamente bruja. Pitia viene de Pito, sinónimo de Delfos. Pito viene de Pitón, por la serpiente misteriosa que mató el Dios Apolo, que quería bancar solo, hacer la pata ancha en Delfos. Aunque Apolo conservó, por la sabiduría, las cenizas de la víbora Pitón.

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