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97 años

MINISERIE ESSO (II): La Esso anuncia que se queda en la Patria.

Oberdan Rocamora - 17 de marzo 2008

Miniseries

97 añosPor Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital

Final tramposamente feliz para la miniserie dedicada a la venta de la Esso. Iniciada, en enero, con las «Penetraciones brasileñas». Ahora anuncian que la Esso decide quedarse en el país. Ya no se venden los activos locales. Significa que la Eastern Seaboard Standard Oil, la Esso, multinacional energética integrada a la Corporation ExxonMobil, se desprende de los activos en el resto de la América Latina, aunque conservan los valores instalados en la Patria. Thomas Hess, Director de Asuntos Públicos, probable biznieto de Rudolf Hess, lo certifica a través de un comunicado. Esso se queda, después de una «cuidadosa evaluación». Por los sentimentales «97 años de historia». La Esso se encariñó con la Argentina. Nos quiere. Epílogo dulce, como en aquellos films de Luis Sandrini. Esso se queda para respaldar el «crecimiento futuro» del país. «En las áreas de refinación, comercialización, productos químicos».

El Baile

Una refinería en Campana. 600 estaciones de servicio contratadas. 100 propias.
En apariencias se cae, junto a la miniserie, el proyecto de Marcelito Mindlin. Todo un experto en cuestiones de energía. El Fondo Pampa -el de Marcelito-, ofertó 325 millones de glucolines por la mercadería local. Apalancado por la gloria retardataria de Enarsa, artificio oficial ya conocido como EnFarsa, según inspiración de Romero.
Caen, relativamente, también los afanes del Armenio, Eurnekián. Su Corporación América había ofertado, en apariencias, como para competir con Petrobras, por el paquete global. Acompañado, el Armenio, con los brasileños del Grupo GP. Arrasa, además, el comunicado de Hess, hasta con los inglesitos, disipadamente sofisticados, del Grupo Ashmore. Al retirar la oferta la Esso, estos grupos de empresarios se quedan, al final, como antiguos danzarines desairados. Porque la madre la retira, a la nena, del baile.
Según Gargantas previsibles, por la carencia de buenas ofertas.

Pleitos escalonados

Caprichitos del melodrama de la Esso. Que se va. Que se queda. En el clima de negocios, prospera, en la atmósfera, la extensión de la sospecha. En todo caso se incorporan tensiones a la miniserie que, a pesar de Hess, va a continuar.
Sucesión de pleitos escalonados. El retiro de la oferta tiene que ver, según nuestras fuentes, con la serie de conflictos encadenados. Litigios sutilmente irresueltos. Los mantienen, a pesar de la oratoria voluntarista del Chacho Álvarez, los «gobiernos hermanos» de Argentina y Brasil. O sea los dos Kirchner, con Lula.
Las diferencias escalonadas aluden, irreparablemente, a los intereses de Petrobras. Al lícito interés de los administradores del estado argentino, en obstruir, acaso patrióticamente, como si fuera un riesgo estratégico, un mayor acceso de Petrobrás. Con aspectos que remiten a la «miniserie Transener».

La Cumbrecita

Asístese a las secuelas, cuidadosamente involuntarias, de las disidencias extremas. Se registraron en la calamitosa cumbrecita que mantuvieron, algunas semanas atrás, los presidentes de Argentina, Bolivia y Brasil.
La señora Cristina, con el Evo Morales y con Lula. Emanaciones de la repartija del gas insuficiente. Fue anticipada, en su oportunidad, con «Gases Fraternales».
Cabe consignar que los presidentes llegaban, a la Cumbrecita, entregados. Sin el auxilio predigerido de sus cancillerías. Cierto adagio diplomático indica que, cuando los presidentes se encuentran, debe ser, exclusivamente, para las fotografías. Los acuerdos, en general, vienen premoldeados por los especialistas. Negociadores que deben proteger, en lo posible, al máximo nivel. Sin embargo, de un tiempo a esta parte la América Latina se caracteriza por la organización de festivales presidenciales. Los que se transmiten en directo, por televisión.
Infortunadamente en la Cumbrecita gasificada no hubo televisión. Porque se trató de una reunión durísima.
Los iniciados ya venían advertidos por las declaraciones anticipatorias del vicepresidente de Bolivia, García Linera. Referidas a la restricción del gas.
Para ser exactos, los presidentes, en La Cumbrecita, se disputaban el gas que Bolivia, irresponsablemente, había sobrevendido. Y que Brasil se lo llevaba. Porque, afirmaba, le pertenecía. Había pagado por él. Invertido en Bolivia. Aunque lo sorprendieran con la humillante nacionalización que dejó, a Lula, a contrapierna. Desgastado, en su frente interno. De ningún modo Brasil iba a ceder. Aparte, porque Brasil consideraba que ambos, Argentina y Bolivia, lo habían -para decirlo suavemente- traicionado.

Gabrielli, El Cruzado

Peor fue cuando Sergio Gabrielli, alias El Bahiano, Presidente de Petrobras, realizó su ilustrativa declaración. Más duras que las palabras de García Linera.
Para De Vido, Gabrielli, El Bahiano, es el «cruzado anti argentino».
Acontece que Gabrielli no suele ocultar sus críticas frontales. Hacia lo que llama, con irreproducible elegancia, traducido, la «irracionalidad del gobierno argentino».
Por ejemplo en un almuerzo, en La Bourgogne, siete meses atrás, delante de empresarios del «sector energético», Gabrielli supo generosamente despacharse contra el gobierno argentino. Del modo que los empresarios domésticos suelen desmenuzar en sus reuniones privadas. Al catalogar, confidencialmente, a las autoridades, con alguna variable anecdótica, como una «manga de…»
Cuentan que, en las postrimerías de aquel almuerzo, Gabrielli fue tan contundente que, en su afán de hacer méritos, un empresario -¿acaso Miguens?- ostensiblemente, se retiró.

En su rol de niño malo, en la comitiva de Lula, durante la Cumbrecita, El Bahiano Gabrielli compensó la función conciliadora del diplomático bueno. El rol de chico componedor lo ejecutaba Celso Amorim, en su versión de amante del tango y del Ojo de Bife. Fue cuando Gabrielli dijo: «Para la Argentina, de parte de Brasil, no habrá ni un gramo de gas». Después de recibir instrucciones, el segundo de De Vido, con todo su derecho de apellidarse Baratta, replicó: «Ni una molécula de combustible de la Esso para Petrobras».

Otra vez, igual que en la miniserie Transener, el gobierno entra a tallar a través de Sbatella. El titán utilitario de la Comisión de Defensa de la Competencia. Puede servir Sbatella para favorecer a Clarín, en su dictamen sobre la fusión Cablevisión-Multicanal, como para obturar al Fondo Eaton Park, al que Petrobras prefería venderle las acciones de Transener. Pero el gobierno logró imponer, con astuto asesoramiento jurídico, y con el utilitario dictamen de Sbatella, a la dupla del comisario. Enfarsa con Electroingeniería.

Títulos

Con la venta de Esso, otra vez, a Petrobras no le iban a repetir la metodología.
En próximo despacho, la acción se traslada a Houston, sede de la Corporación.
A Gabrielli se le debe anexar, en Petrobras, el deslizamiento del creador de nuevos proyectos, Rogerio Silva de Mattos.
A los efectos de indagar las claves del acuerdo directo. Entre Petrobras y la Esso. Tendiente a comprar, por parte de Petrobras, la totalidad de los activos de Esso en el subcontinente. Menos, curiosamente, los situados en la Argentina, con ramificación en Paraguay y Uruguay. Los que permanecen, transitoriamente, en control de la Esso. En función del cuento dulce «de los 97 años de historia». Consecuencia de una «cuidadosa evaluación». Compuesto por Tommy Hess, biznieto, probablemente, de aquel Rudolf.

Oberdán Rocamora
Continuará
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