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Mercado del usado

Sobre la interna peronista del próximo 28 de octubre.

Osiris Alonso DAmomio - 7 de septiembre 2007

Artículos Nacionales

Mercado del usadopor Osiris Alonso D’Amomio
de Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital

Con la previsible incorporación de Gerardo Conte Grand, la señora Carrió, líder de la Coalición Ribotril, se dispone a participar, también, de la interna justicialista del próximo 28 de Octubre.
Conjuntamente con la señora Bullrich, Conte Grand es un instrumento presentable que la señora Carrió pudo conseguir, en el mercado peronista del usado.
Antes, la señora Carrió había intentado las reverencias hacia el justicialismo de Evita, a través de Romá. Sin embargo, aquel peronista mazorquero supo utilizar, al ribotrilismo moralista, como exclusiva escala intermedia. Una mera «zona de tránsito» para pasar, desde la vicegobernación duhaldista de La Mazorca, hacia la diplomacia que sirve al aislamiento de la monarquía vigente, con ribetes más o menos constitucionales.

Patología de Borbones

En la Argentina culturalmente peronista, el 28 de octubre se impondrá, otra vez, la canallada del pragmatismo. Es decir, triunfarán aquellos justicialistas de digestión rápida que se encuentren en los alrededores del poder. O apoltronados en el poder mismo. En las proximidades de la Caja. O dentro de ella.
La Caja se encuentra, en la actualidad, resguardada entre las garras conyugales de la monarquía de la Casa de los Kirchner. Una patología de Borbones, de Habsburgos llegados con los cortesanos de Santa Cruz.
Por lo tanto, los súbditos del peronismo monárquico deben concentrarse en el artificio inconcebible del Frente de la Victoria.
Aquí, el viejo Partido Justicialista busca eternizarse en el presupuesto. Biológicamente mantenido por Ramón Ruíz, alias Natalio Pescia, y con la conducción incuestionable de la doctora Servini de Cubría. Ya que la semejante biología vegetal del banalizado peronismo sólo puede mantenerse regada desde los tribunales.
En el Frente de la Victoria, el peronismo vegetal se encuentra ilusoriamente acompañado de los 35 falsarios que componen el Partido de la Victoria. Del sublime ateneo de sensibles ganasueldos del Frente Grande. Y de los colonizados Radicales Kash.
Aparte, en el sector, mayoritariamente ganador para la interna del 28, participa el único aparato aún considerable que nos queda. El de la biología bonaerense, que suple al estragado movimiento sindical, transformado en una pústula irritante. Porque de columna vertebral, la «clase trabajadora» se convirtió en una prótesis desdeñable. O en un grano capacitado para supurar. En cualquier momento.

Los mazorqueros del conurbano utilizan como estandarte, para confirmarse por otros cuatro años, al titular indiscutido de la Línea Aire y Sol, Daniel Scioli.
Cultor de la impuesta ideología del vitalismo. A partir de su seductora precariedad positivista, Scioli se las ingenió para instalar socialmente la scioli-dependencia. En especial, entre la declinación de la monarquía conyugal de Los Kirchner. Porque la corte, en su totalidad, depende efectivamente del líder airesolista. A los efectos de mantenerse aferrados a la ilusión del poder, que permite simular la espantosa fragilización de su contextura.

El 28 de octubre, los devaluados duques del conurbano conseguirán la prolongación de sus investiduras. Sin que les preocupe, en absoluto, si la señora candidata presidencial, la scioli-dependiente señora Cristina, podrá disfrutar de los privilegios naturales derivados del ejercicio de la monarquía, durante otros cuatro años de imposturas.
O si los monarcas, cada vez más descascarados, no tendrán otra alternativa que residir, con el boleto definitivamente picado, en alguna disponible Quinta de Gostanián.
Según el informe de Consultora Oximoron, La Mazorca bonaerense participa, en la interna del 28, con una tendencia frontalmente ganadora. Con la transitoria señora Cristina. Y con el indispensable dador de sangre intelectual. Scioli, el airesolista «de la esperanza y la fe». Valores puestos, acaso muy pronto, en la faena de sucederlos. Acaso antes que el compañero Balestrini, por ejemplo, se lo ponga, como un guante, a él. A Scioli, con su «esperanza y su fe».

Teoría de la espera

Sin embargo La Mazorca participa, además, a partir de la prescindencia de la interna.
La Teoría de la Espera, que encarna Duhalde. Es el máximo cultor de los beneficios presuntos de la espera, como estrategia presunta de regreso.
Un tiempista, Duhalde. Como puede ser también tiempista otro especulativo esperador, que dista de pertenecer a La Mazorca. Y que se aparta, con sistemática racionalidad, del avasallamiento implacable del ridículo que se apodera de la patología política argentina.
Es el salteño. Es Romero. Aconséjase no ningunearlo.

Por su parte, mientras se aferra a la Teoría de la Espera, Duhalde prepara la previsible proyección del Movimiento Productivo, en una oficina céntrica donde podrían filmarse los patines de Tinelli. Ahí Duhalde espera, sobre todo, que pase el 28 de octubre. Su paciencia finita se extiende a plazo fijo. Hasta la llegada calurosa del 11 de diciembre. Cuando prescribe, en su libre interpretación de bañero de los piletones de La Salada, su suicidario error. El de haber promovido el advenimiento de la dinastía barredora de los Kirchner. La que lo barrió a Duhalde, y a la que Duhalde piensa, precisamente, en barrer.

Lavagna y la civilización alfonsinista

Mientras tanto, para la próxima interna peronista del 28 de Octubre, la señora Hilda de Duhalde prefiere, en cambio, apoyar a Lavagna. A los efectos de matizar la espera, que mantiene movilizado a su marido.
Según Oximoron, Lavagna es el peronista preferido de los radicales. Al menos para el sector más osado, en materia de insistencia, de la civilización alfonsinista. La que sobrevive a las flagelaciones, con menor plenitud que descaro.
Entre tantas procedencias, Lavagna registra el peronismo chachista. El chachismo de kiosco, que representaba Alvarez, lo convirtió a Lavagna en embajador de De la Rúa. Pero procede, además, del bordonismo, un engendro menor, tan absorbido como un balde de agua en la arena.
Sin embargo, Lavagna parece apostar, aún, por la retribución generosa del alfonsinismo inextinguible. Supone que el movimiento petrificado mantiene una tercera oportunidad en la tierra.
Como en el 83, y como en el 99, ahora a través del fiel Lavagna, el alfonsinismo pretende encaramarse. Alcanzar la utopía de la segunda vuelta. Como si debiera prepararse para disputar una final también de kiosco. Entre el original, los Kirchner, y la diluida fotocopia. Lavagna.

Por lo tanto, Lavagna también participa, desde el alfonsinismo, de la interna justicialista del 28 de octubre. Con los contados peronistas naturales que pudo, en el mercado del usado, selectivamente conseguir.
Nada del otro mundo. Ni gran cosa. De todos modos Caamaño, Coto y Sarghini aún pueden ser mostrados en la vitrina. Brindan la ficción de encontrarse en condiciones para lanzarlos a rodar. Si es que no se les levanta, sobre todo, el capot.

Colombianismo

Una lástima que se le hayan ido, a Lavagna, los otros dos peronistas que impulsaron aquel churrasco memorablemente fundacional. En el restaurante El General.
Primero, el caudillo colombiano, el popular Pancho de Narváez. Quien se lanza, con su magnífica regularidad para la derrota, hacia la gobernación de La Mazorca.
Segundo, el jefe de campaña del Primero. El invalorable Tito Lusiardo, alias Juanjo. Quien cumplió su objetivo de tener un De Narváez propio. Para que le compense sus nutridos «gastos de representación».
El sector colombiano de la cultura peronista prefiere aliarse al paraperonista Macri.
A partir de su esquizofrenia infinita, Macri apoya a los peronistas colombianos para la interna del 28, y en la provincia de los mazorqueros. En la metrópoli, Macri prefiere enredarse con los altibajos direccionales del maltratado López Murphy. El que llegará, convertido en girones, al próximo 28. Macri tenuemente lo apoya al gironeado para desconsuelo de los otros peronistas del montón, los que hacen méritos en el «mercado del usado» del Pro, exhibidos entre banderitas. Como Santilli, alias El Colorado, y Ritondo, alias El Potro, el único referente que le queda al señor Miguel Ángel Toma. Es el postre sobreviviente del extinguido manzanismo, se encuentra bien de chapa y se deja llevar entre las distintas compraventas del mercado del usado.

Turismo Aventura

Desde el Peronismo de Pie, el artificio que supo orientar Puerta, Toma pugna por no integrarse a la línea peronista del potrero. La demencia quejosa que ayudó a estructurar. Y que fue estigmatizada por el gorilismo que los complementa, con la idea gráfica del Tren Fantasma. O que fue catalogada, con mayor elegancia, como la línea «peronista disidente», aunque en la cultura peronista el disenso es transversal, perpendicular y piramidal.
Para la interna del 28 de octubre, el potrerismo participa a través del estremecedor Turismo Aventura que encarnan, en política, los Rodríguez Saa. En versión Adolfo, o la última entrega, en versión Alberto. Son los Kaczynski puntanos, del Estado Libre Asociado de San Luís.
Con semejante tutela fraternal, el peronismo del Potrero despuntó como una celebratoria trasgresión de rebeldía. Una lícita Asociación de Empomados por Kirchner. Pero pasó a convertirse, sin escalas, en una estudiantina de colegio secundario. Apostaron los rebeldes por su propia fantasía y se anexaron al truchismo que compite con el truchismo superior del Frente de la Victoria. Hasta que se lanzaron, los potreristas, a la alucinación de intervenir distritos. Y se armaron, incluso, de un extraño peronistómetro que los habilitaba para expulsar afiliados.
De todos modos, el apasionante Turismo Aventura de los Rodríguez Saa absorbe los contenidos relativamente presentables y extraordinariamente folklóricos. Los que aseguran la continuidad cultural de la magia delirante. Cuentan con los apoyos de Menem, de Maya, de Tell y de Puerta. Y patrocinan al caudillo popular Alieto Guadagni, junto a La Colorada Villanueva, alias Teresá Solá. Y logran que los tomen en serio los divulgadores de Ámbito Financiero.
Para su especialidad deportiva, el Turismo Aventura, el potrerismo no pudo contener, infortunadamente, al paraperonista Sobisch.
Aunque Sobisch, a su manera, también participa en la próxima interna del 28 de octubre. Acompañado de Asís, el afiliado justicialista que pudo conseguir entre las compraventas del mercado, definitivamente inagotable, del usado.

Osiris Alonso D’Amomio
sobre informe de Consultora Oximoron
para JorgeAsísDigital

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