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Cumbre de Potrero

Los Peronistas Culturales agregan, en la plantilla de presidenciables, al Alberto Rodríguez Saa.

Oberdan Rocamora - 4 de julio 2007

Artículos Nacionales

Cumbre de potreroESTADO LIBRE ASOCIADO DE SAN LUIS (De nuestro enviado especial, Oberdán Rocamora).- Para convocar a la heterogénea legión de los peronistas desairados, el senador Adolfo Rodríguez Saa, en un arrebato de generoso recogimiento, decide auto proscribirse de cualquier postulación. Con serena habilidad, se aparta de la tentación de experimentar, en octubre, otra derrota nacional.
En la tibieza del Café Aranjuez, dos catedráticos en adolfismo básico nos confirman que el Adolfo tomó la decisión de proscribirse, durante la entrevista que mantuvo con Carlos Menem, en La Rioja.
Además, ambos ex presidentes, profesionales caudillos populares, Menem y el Adolfo, acordaron que, en la próxima Cumbre del Potrero, no se lance, tampoco, la bola de ninguna fórmula.

Peronistas culturales

Trátase de la Cumbre de Peronistas Culturales, que se convoca para el sábado, a decenas de kilómetros de esta capital apacible. En Potrero de Funes, un sobrio recodo del Estado Libre Asociado de San Luís.
A propósito, tanto en La Rioja como en San Luís, las elecciones para gobernador se celebran el próximo 19 de Agosto.
Para clausurar el ciclo apasionado de derrotas sucesivas por goleada, Kirchner decidió perder, en San Luís, por abandono. De manera que, en un acto de resignada sabiduría, instruyó el sorprendente retiro del senador Pérsico. Es el referente adscripto al artificio fóbico del Frente de la Victoria.
Y en La Rioja, tal como anticipara el Portal, Carlos Menem asumió la racional determinación de competir. A los efectos de recuperar el territorio. Y producir, en todo caso, la derrota simbólicamente letal, al simulacro descascarado del kirchnerismo.
«Aunque le falten siete millones de pesos para la campaña», confirma un menemista de familia, aunque nadie le cree.

Aparte, en otra muestra de insaciable grandeza participativa, Menem anuncia que también se presentará, si gana la gobernación, en octubre, para la presidencia.

«¿Por qué esperar de Menem actos de renunciamiento?», prosigue el primo.
«Si Menem es el único que tiene, en el orden nacional, algo. Por lo menos a Menem le queda un menemista perdido en cada pueblo», aseveró, antes de partir de Buenos Aires, el menemista consuetudinario, acompañado por un ex funcionario que se autodenomina «coronel del Zar en el exilio soviético».
«Quien piense que Menem va a regalar su piso del 10 por ciento, no lo conoce. Menos se lo va a ceder a los dirigentes peronistas que lo ningunean. Los que le escapan hasta a la posibilidad de fotografiarse con él».
A los 77 años, según el «coronel del Zar», Menem brinda la lección extravagante de constancia. Pero como consecuencia del ninguneo irresponsable de quienes pretenden quedarse, para colmo gratis, con sus votos, sentimentalmente cautivos.

La ambición de persistencia de Menem determina que, en la Cumbre del Potrero, no se lance al consumo ninguna fórmula presidencial.
Significa que, entre sigilosas desconfianzas, se postergue el eventual lanzamiento de la candidatura de Puerta, principal armador de esta movida. Candidatura que estimulaba, precisamente, el Adolfo.
Igual que Menem, Puerta aspira a recuperar el territorio, Misiones, mientras merodea, con amables escrúpulos, el objetivo de la presidencia.

Por lo tanto, los peronistas disidentes, sean congresales del PJ o meros medialuneros del tablón, planifican movilizarse hacia el Potrero. Aunque se encuentren unificados por las acotaciones de una desconfianza unánime. Para atenuarla, algunos aguardan, según nuestras fuentes, el consensual corolario del documento predigerido. Después de cerciorarse que no serán lícitamente usados, para ningún lanzamiento, podrán entregarse a la estructuración, casi inofensiva, de una previsible «comisión de acción política». Dedicada a estudiar, en adelante, las claves estratégicas más convenientes. Aunque se encuentren urgidos, por la furia del calendario.

El preservador

Con incierta elegancia, Duhalde, el calculador Piloto de Tormentas, dice, según peronólogos, que prefiere preservarlo a Puerta. Reservarlo para la recuperación de Misiones.
En general, hay que cuidarse de la manía preservacionista de Duhalde.
Fue en la Casa de San Luís, la embajada del Estado Libre en Buenos Aires, donde el gobernador Alberto Rodríguez Saa se reunió con Duhalde. En presencia del indemne Miguel Ángel Toma.
Para enjuagar, acaso, incriminaciones relativas a las agonías del 2001, Duhalde se mostró -cuentan los peronólogos- inclinado en exaltar los atributos, en materia de liderazgo, del Adolfo.
Un candidato, el Adolfo, eventualmente viable. Sobre todo porque el territorio de San Luís no presenta ningún riesgo de alteración.
Sin embargo, confían que Duhalde se mostró categóricamente terminante. A los efectos de evitar que su conyugue, la incontenible senadora Chiche, participe, de manera decorativamente vicepresidencial, en los dibujos expresionistas que brotan en las dispares imaginaciones.
Sin la provincia de Buenos Aires, planificar una fórmula no supera la frontera de la aventura intelectual.

En el fondo, el proyecto movilizador de Duhalde consistía, hasta anteayer, en lograr la continuidad de Kirchner, para preservarlo al menos por seis u ocho meses. A los efectos de aguardar las consecuencias de la avanzada del descascaramiento, antesala del derrumbe irremediable.
La Tormenta, precisamente, que permita el advenimiento del Piloto más experimentado.
Sin embargo Kirchner, como en el 2005, vuelve a empomarlo a Duhalde. Al no comerse el amague del cuento de la experiencia y poner, en el estrado, a la señora Cristina, la senadora -es un chiste- por Buenos Aires.
Acontece que Ella, a pesar de todo, como escribió Osiris, atraviesa un momento político superior al de EL. Acontece que Kirchner concentra la totalidad de la democracia encima. Entonces decide, en nombre inimpugnable de su poder personal, lo único legítimo que existe en el simulacro, aunque se le descascare entre severas derrotas y papelones memorables.

A la comisión del peronismo-anti, que emerja de la Cumbre del Potrero, le aguarda una tarea bastante más compleja que ingrata.
Porque Menem, por culpa de los ninguneadores, aún es.
Porque Puerta, a pesar de los preservadores, quisiera ser.
Porque el Adolfo, con aplomada solemnidad, se auto proscribe, aunque aquí nadie debe exagerar.
Casi seguramente ausente, Romero, se preserva, por sí solo, para el 2011. Aunque lo represente Torres.

Poder fraternal

Sin embargo no todo está perdido. ¡Ánimo, medialuneros!
Emerge, en el país conyugal, la brillantina doméstica del poder fraternal.
Así como Kirchner y el Adolfo, en el 2003, disputaron por la presidencia, la conyugue y el fratello, Cristina y el Alberto, podrían también disputarla, pero en la sistemática confusión del 2007.
«Qué buen Presidente sería, imaginate», sostiene el Alberto, ya sin rivales locales en el camino, amparado en la creatividad de lo imprevisible, y capitalizado, sobre todo, por un saludable sentido del humor.
Nadie duda que el Alberto, cuando ironiza, habla en serio, concluye el cronista, mientras camina, con lentitud, las ocho cuadras hasta el Hotel Quintana.

Oberdán Rocamora
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