La Macri-Dependencia
Amontonamiento o fragmentación, fórmulas para desalojar, en octubre, a los Kirchner.
Cartas al Tío Plinio
Tío Plinio querido:
El triunfo municipal de Macri consolida la macridependencia nacional.
El Portal diseñó el esquema, oportunamente teórico, de La Combinada.
Al margen que Macri, el sujeto involucrado, se resista a comportarse de acuerdo al diseño, la macridependencia se anunciaba.
Ante el descascaramiento sistemático de Kirchner, la macridependencia Iba a instalarse, rotundamente, en el espectro, menos piadoso, del marco opositor.
La oposición, tío Plinio querido, hoy depende de Macri, como Boca depende de Riquelme.
Prosperan, paulatinamente, las ilusiones de los alucinados que se recomponen.
Desalojar a Kirchner, en octubre, dejó de ser un voluntarismo imposible.
Con la capital conquistada, Macri resiste la tentación de disputar, de forma electoralmente escalonada, en octubre, por la presidencia.
Prefiere disfrutar la turbulencia de la amansadora hasta diciembre.
Y compartir, después, las ceremonias de la cohabitación, aquí también anunciada.
Adversarios íntimos
Como si existiera un acuerdo tácito con Kirchner, el adversario íntimo.
Sin embargo, la dinámica de los imprevistos suele superar cualquier planificación.
La transitoria macridependencia puede desbordar, inclusive, al propio Macri.
El Plan B, que impulsa el sujeto tratado, consiste en la preparación de la alternativa.
Que de ningún modo significa, necesariamente, tío Plinio querido, preparar la fuerza política para vencerlo a Kirchner, en el 2007.
Ansiosos, deben abstenerse. Igual que los precipitados. Los kirchnerdependientes en tránsito, que desean desprenderse, de pronto, de las impostura des Kirchner.
Les cuesta entender, a los desesperados, la sabiduría teórica del Reeleccionismo Perverso.
Conste que los desesperados tampoco alcanzan a considerar, ni remotamente, los beneficios perversos del apuntalamiento. De las paredes, con yeso berreta, que se descascara.
Para que le traduzca a tía Edelma. Para que se lo pueda explicar a las innumerables amigas:
Macri prepara, es cierto, una alternativa, pero para cohabitar con Kirchner.
No se atreve, por kirchnerdependiente, a encarar la utopía de desalojarlo.
En el fondo, Kirchner consiguió, exactamente, el adversario íntimo que buscaba.
Construir, en la arcilla de Macri, el adversario ideal. Aunque estratégicamente pueda desmoronarlo.
Porque Macri es, tío Plinio querido, el adversario íntimamente escogido para polarizar.
Así Kirchner sea quien resulte, contranaturalmente, polarizado.
Aunque cueste explicarle a tía Edelma, Kirchner lo necesita, imperiosamente, a Macri. Para amontonar, a su alrededor, al imaginario progresista que supone representar.
Queda racionalmente afuera, de los cálculos de Macri, la idea de cohabitar, sin ir más lejos, con Lavagna.
Y le resulta infinitamente menos atractiva la idea de cohabitar con su aliado López Murphy.
Entonces, la alternativa que Macri, eventualmente, apoye, en este lapso incierto de macridependencia, debe estar preparada, tío Plinio querido, para convivir con Kirchner. De ningún modo para echarlo.
Cuesta entender que aquí, en definitiva, se invirtieron los roles.
Es Macri el que, al fin y al cabo, decide cohabitar con Kirchner. Lo escoge. Sin intenciones de terminar con él.
Kirchner es, por lo tanto, un beneficiado de la macridependencia que ayuda, con sus torpezas, a generar.
Amontonamiento o Fragmentación
En los distintos cotillones tribales, despuntan dos decorados ontológicamente diferentes.
Para encarar la metodológica confrontación, con el gobierno que se suponía hegemónico, hasta antes del descascaramiento.
En principio, se instiga al amontonamiento romántico de otra Alianza.
O a la apuesta por los beneficios hipotéticos de la fragmentación.
Es decir, aquí se discute acerca de la conveniencia utópica de armar una fuerza energética de negatividad. En contra de Kirchner. Una manera implícita de agigantarlo.
Téngase en cuenta que todo peronista sueña, tío Plinio querido, con una Unión Democrática personal.
Y que los Kirchner abominan del peronismo, pero sólo en los momentos en que pasan a la ofensiva.
Sin embargo, recurren a la matriz cultural del peronismo, para defenderse.
La otra opción tiene como punto de partida la fragmentación irreparable. Consiste en acosarlo, a Kirchner, con la multiplicidad de las propuestas variadas.
Según la teoría recrearista, que López Murphy comparte, por ejemplo, con Puerta, el peronista disidente.
Multiplicidad de acosos, con un acuerdo implícito de no agresión, entre los acosadores.
Unificados para acosar, exclusivamente, al oficialismo.
Para que se lo traduzca a la tía Edelma. En lugar del recurso de unirse, se prefiere la programada alternativa de disgregarse.
Nada de ir, contra Kirchner, detrás de la imposibilidad consensual de un solo candidato contenedor. La opción considera, en cambio, la conveniencia de lacerarlo, con fuego graneado, desde distintos arbustos. Con el objetivo, altamente módico, de arrastrarlo, a Kirchner, hacia el desfiladero de la situación límite. La segunda vuelta.
Estos decorados ontológicos presentan el riesgo desventurado de desmoronarse.
Si Kirchner soporta, por ejemplo, la magnitud del descascaramiento.
O si reacciona y los masacra, tanto amontonados como fragmentados, en la primera vuelta.
Trío Melodías
El elenco estable de las alternativas conforma el Trío Melodías. Sin embargo, se mantienen perspectivas de equipararse a Los Cinco Latinos.
Lo componen, como primera voz, la incontenible señora Carrió.
Secundada por los dos galanes, uno a cada lado de la Estrella.
El disminuído Lavagna, con entonación de vocalista experto, pero casi sin voz.
Y el tenor más favorecido por la macridependencia. López Murphy.
A quienes se les incorporan, aunque ya casi como parte integrante del coro, Puerta y Sobisch.
Y nunca, tío Plinio querido, hay que olvidarse de Menem.
Si es que no opta, al final, por la racionalidad de recuperar el concierto del territorio perdido, La Rioja.
Antiperonismo y peronismo-anti
Sepa, aparte, ya para terminar, que desde las franquicias desestructuradas del peronismo, se prepara un próximo un encuentro de militantes.
Para el 30, en el Estado Libre Asociado de San Luís.
Llegarán peronistas dignamente sueltos. Con las medialunas enarboladas, desde la totalidad de las franquicias.
Debería recurrirse, a esta altura de la carta, a los servicios semiológicos de Carolina Mantegari. A los efectos de aclarar, tal vez en una próxima columna del «Asís Cultural», las diferencias, más ideológicas que linguísticas, que se perciben, entre el concepto clásico del «antiperonismo», y el fenómeno del «peronismo-anti». Es decir, «anti -específicamente- Kirchner».
En general, al peronismo, lejos de combatirlo, el antiperonismo siempre lo completó.
La identidad suele surgir, en el ramo, por la rebeldía del contraste.
Debe evitarse, desde la razonabilidad del discriminado peronismo-anti, la posible gestación, en versión grotesca, de un circuito peligrosamente similar.
Moderación con el Malbec. !Feliz feriado largo de la Patria!
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