BERNI y MILANI, pilares del progresismo
SERVILLETA’S WAR II: Acercamiento pragmático por orden de La Doctora y El Gran Consumidor.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
“Por instrucción de La Doctora, Milani debía arreglar sus diferencias con el doctor-coronel Berni.
“Los ministros no van a obstaculizar sus tareas”, les dijo La Doctora, separadamente”.
En “Milani y la purificación del Ganges” (cliquear) se advirtió sobre las próximas derivaciones del acercamiento pragmático.
Entre el doctor-coronel Sergio Berni, El Licenciado Serial, Secretario de Seguridad, vicepresidente primero del Senado de la provincia (inviable) de Buenos Aires. Y el general César Milani, El Depurado, titular de Inteligencia del Ejército, actualmente a cargo de la jefatura del Estado Mayor.
“Pero termínenla entre ustedes”, les ordenó La Doctora, como si fueran adolescentes traviesos.
La fuente del conflicto era la señora Nilda Garré. Ministra de Seguridad, desde el escándalo aún no clarificado del Parque Indoamericano, que contuvo un par de muertes. Los silenciados Kosteki y Santillán del cristinismo.
Pero Garré ya había sido despachada, como embajadora, hacia la irrelevancia institucional de la OEA.
Era -Garré- la protectora de Milani. Pero el General ya no necesitaba del calor solidario de su protección. Ahora lo protegía La Doctora. Con firmeza, sin calor.
Berni funcionaba, en la práctica, como auténtico interventor de Garré en Seguridad (de aquí el enfrentamiento con Milani).
Ya sin Garré en el ministerio, Berni podía continuar con su condición de hombre fuerte. Para hacer, acaso, desde su secretaría, lo que hizo otro militar con otra secretaría. De Trabajo y Previsión.
Aparte de contar con el favor expreso de La Doctora, (y de Zannini, El Gran Consumidor de Pescado Podrido) ahora Berni y Milani tenían la feliz coincidencia de estar adornados por dos dibujos. Plantados como superiores. Los dos ministros, Arturo Puricelli y Agustín Rossi. Los que “no los iban a obstaculizar”.
Dos caricaturas de Sabat que podrían continuar como pretextos, para engalanar los desfiles, paradas inexistentes.
En adelante La Doctora, y El Gran Consumidor, podían tranquilamente entenderse con los dos militares presentables, de colección.
Dos caras pintadas que supieron generacionalmente reportarse a los legendarios Aldo Rico y Seineldín. Pero que se sorprendían, en los tiempos orales de La Doctora, como dos pilares del progresismo. Al frente de la Seguridad y de la Inteligencia del “proyecto nacional”.
Pasan cosas lindas, también, en la familia militar.
¡Marche otro Crespi seco!
El pequeño Blumberg
Sin embargo el pragmático acercamiento entre Berni y Milani dejaba afuera alguna gente valiosa, que supo actuar en tándem con Garré.
Es significativo, de acuerdo a la interpretación, que la primicia informativa del robo oscuro, al domicilio de Sergio Massa, La Rata del Tigre, Aire y Sol II, aparezca en (La Secretaría de Estado de) Página 12.
El objetivo fue la ridiculización de Massa. Tratarlo como a un pequeño Blumberg.
Un iluso que, del galimatías de la Seguridad, armaba su móvil político. Pero que es humillantemente robado mientras anuncia la batería de medidas blumbergianas. Contra los delincuentes.
Para la Garganta, la operación sirvió para enfocar “a la dupla Milani-Berni”.
“No quisiera pensar que mi hija y mis nietos dependen de una interna de los Servicios de Inteligencia”, disparó con acierto la señora Marcela Durrieu.
Ella es mucho más que “la suegra de Massa”. Durrieu es un cuadro político que sabe bien de qué habla. O por lo menos lo intuye. Tiene buena inspiración.
Servilletas
La Guerra de los Servicios -llamada en el Portal la Servilleta’s War, cliquear– impregna de grotesco absoluto el tramo definitivo del cristinismo.
Justo cuando la idea de la re-reelección se evapora. Y asoma -implacable- el rostro de la derrota. Tiene la imagen ansiosamente sonriente de Massa.
La “Servilleta’s war” envuelve los andariveles principales que signan el balance de la década. Arrastrada entre los negocios fabulosos, que le dieron legitimidad a “La marroquinería política” (Planeta, agotado). Entre el libertinaje de los medios adquiridos de comunicación, para defensa propia y operativos especiales. Pero asociados al despliegue de la información selectiva, calificada y elitista. Complementada con las temibles ramificaciones que registran los manejos imposibles, en el ámbito de la justicia. Con bandas que suelen disputarse la influencia, alguna hegemonía. Estrictos controles. Sobre todo entre los pliegues decisivos de la Justicia Federal. De determinadas Cámaras. Ampliaremos.
En la ciudad del olvido fácil, dista de haberse aclarado el intento de asesinar a balazos a identificado jurista. Fue durante una mañana clara, en Colegiales. Sobrevivió el jurista gracias a la destreza del chofer.
También desembocó, en el olvido, otra balacera asustadora. Cayó sobre el festejo del reconocido empresario de la comunicación. Compulsivamente estimulado, en la práctica, para vender sus artificios.
Mejor olvidar también, aunque sea muy reciente, el ajusticiamiento literario de El Lauchón.
¿Es demencial creer que los asesinos fueron a ajusticiar, en realidad, a El Ingeniero?
Al mitificado Ingeniero que se propusieron mandar, según nuestras fuentes, para arriba. Como si fuera El Barrilete de Eladia. Blazquez.
El envoltorio de estos andariveles (negocios, espionaje, comunicación, justicia) adquiere una relevancia fundamental cuando se asoma la pérdida del poder. Con la respectiva posibilidad del destino sombrío, para muchos preocupados que detentan, hoy, sus beneficios.
Riesgo Massa
Hasta el cierre de la crónica, el misterio del robo al domicilio de Massa, Aire y Sol II, es bastante más grave que todos los ingenuos antecedentes preelectorales que brotan en la pantalla.
Desde la magnitud de la falsa cuenta bancaria de Enrique Olivera. Hasta la efedrina artificial de Francisco de Narváez.
Porque el Riesgo Massa emerge, aparte -para la evaluación- como el verdadero detonante de las “Servilleta’s war”. Signa el final berreta del cristinismo.
Una razón más fuerte, el Riesgo Massa, incluso, que el alegado cambio de la política hacia Irán. Derivó en papelones memorablemente geopolíticos, pero sin trascendencia electoral. Como la depresión por la que atraviesa, según nuestras fuentes, el alto funcionario que puso, en el proyecto, hasta su identidad.
Y todo por la certeza absurda de La Doctora y de El Gran Consumidor. Legitima el acercamiento entre Berni y Milani, pilares del progresismo.
Deciden que, desde la Secretaría de Inteligencia, la Cooperativa de Crédito de 25 de Mayo, los entretuvieron con información distorsionada.
Que entre El Ingeniero -el nuevo causante- y el Espía que Viene de Abril, les distribuyeron los utilitarios caramelos de madera (ligeramente espolvoreados con azúcar impalpable).
Les garantizaban que Massa no se iba “a mandar por afuera”.
Que nunca iba a desafiar, territorialmente, a La Doctora. Un ingrato.
Ampliaremos.
Oberdán Rocamora
para JorgeAsisDigital.com
Continuará | Manténgase conectado.
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