La Iliada de La Barrancosa
Epopeya hidroeléctrica asegura glucolines en el Río Santa Cruz.
Artículos Nacionales
RIO GALLEGOS (de nuestra corresponsal permanente, Serenella Cottani).- El camino grandioso de los glucolines conduce a La Barrancosa. Y hacia la misteriosa Cordon Cliff.
«¿Qué les molesta?», suele reprochar Kirchner, alias El Lupo, a los enemigos invisibles.
El Lupo utiliza los atriles gubernamentales para retarnos. Como si estuviera, permanentemente, en el Boxing de Gallegos.
«Les molesta que traigamos plata para pagar a los jubilados», prosigue, en la diatriba. «Les molesta que hagamos la obra del Río Los Monos. O la Ruta 40. Les molesta que hagamos la represa del río Santa Cruz».
De esto, precisamente, se trata. De la obra prometida que se viene. De los 1220 megas, a 2000 megas de más, que estarán disponibles, gracias a la visión estratégica de Lupo, en el 2012.
Obra gigantesca que comenzará en el 2008, durante el primer reinado de Cristina I.
Para concluirse, según lo planificado, después que la señora Cristina resulte reelecta. Si es que la señora Cristina no retribuye la generosidad conyugal para devolverle, en un acto de grandeza, el Santo Grial a su marido.
Aunque es probable que se encuentren, ambos cónyuges, epigonales de los Ceasescu, recluidos, involuntariamente, en la emblemática Quinta de Gostanián.
Balas de goma
Detrás de las bullangueras movilizaciones. Detrás de las interrupciones fácticas de la circulación. Detrás, en fin, de la explicable irracionalidad de las balas de goma, que ocupan el centro mediático del escenario, avanza, con inusitada firmeza, el cronograma apasionantemente licitatorio.
Trátase de la majestuosa construcción de las represas hidroeléctricas, para el río Santa Cruz.
Se anotaron, según las Gargantas expertas, dieciséis empresas, valientemente interesadas en contribuir con la epopeya de las dos represas. Situadas en La Barrancosa, a 185 km. de la desembocadura del Santa Cruz. Y Condor Cliff, a 250 km.
1800 puestos de trabajo. Construcción inexorable de poblados.
El costo estimado, como punto de partida, es de 4500 millones de pesos. O sea 1500 millones de dólares. Glucolines gloriosamente apetecibles que indujeron a prenderse, en La Iliada de La Barrancosa, a diversos consorcios de oficialismo inteligente. Característica de ciertos edificios japoneses.
Con su fervor frontalmente entubador, Techint debe vérselas, en la disputa compartida por La Barrancosa, con los vadinhos del Grupo Camargo Correa.
Es aquel consorcio que nos evoca, con desnacionalizada melancolía, a la Loma Negra de la señora Amalita.
De todos modos, en ninguna buena licitación que se precie, donde se encuentren en juego los glucolines homéricos, puede faltar Electroingeniería.
Es Electroingeniería la empresa cordobesa del comisario. De ascenso fulminante, que orienta una estrella descubierta por el Portal. Es don Gerardo Luís Ferreyra. Aunque, en realidad, el hombre fuerte de los glucolines cordobeses es Osvaldo Acosta. Un santiagueño iniciado con changuitas memorables, proporcionadas, según Gargantas, por don Luna.
También se anotan, en La Iliada de La Barrancosa, los gallegos de Isolux.
Trátase de aquellos españoles que no pudieron quedarse con los glucolines derivados del Acueducto trunco de Santa Fe. El que disputaba Isolux con Roggio, el otro cordobés que pide a gritos su propia novela, y que produce tantos celos parroquiales en el Gerardín Ferreyra.
Isolux, según Gargantas, se encuentra magistralmente promovida por un estadista obturado, de pasado radical, hoy ensimismado con la contemplación filosófica.
Estos titanes de la construcción deben competir con los ímpetus de los mejicanos de la Corporación Para el Desarrollo de América Latina. Ocurre que vienen algo agrandados los mejicanos, sobre todo desde que fuera la señora Cristina a reparar, al menos a atenuar, con el presidente Calderón, aquel repugnante papelón internacional que protagonizara su marido, empatotado con su único aliado moral, Chávez. Y contra el antecesor Fox, en la catastrófica Contracumbre de Mar del Plata.
También se inscriben, en la cruzada, los sutiles ensobradores brasileños de la Oderbrech. Como los rusos de Power Machine. Emporios que pueden perfectamente capitular ante la plausible pasión constructora de un gran titán nacional de primera B. Un ligador de licitaciones que no llega al nivel de recepción de glucolines de Electroingeniería, a pesar de la entrega inclaudicable que lo caracteriza, como a todo gran patriota.
Es el reconocido orientador de Esuco, el señor Wagner, alias El Alemán. Es, entre tantos combos, el socio habilitado de la señora Angelita. Una versión calafateña de Camila Parker Bowles.
El operador presidencial, para cristalizar esta Iliada de La Barrancosa, es un cuadro homérico que largamente merece la fama. Y la promoción nacional. Trátase del ingeniero Alessandro Perrone. Es el Secretario de Energía de Santa Cruz. Un dador voluntario de áreas petrolíferas, para dos próceres de la causa lupinista que serán invariablemente investigados por los historiadores. El Resucitado, alias Lázaro Báez. Y don Cristóbal López, el genio que se propone, exitosamente, el desafío de introducir, a la Argentina entera, entre el fragor luminoso de las tragaperras.
Serenella Cottani
Continuará
Manténgase conectado.
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La derrota tan temida
Aunque Peralta, a hoy, le gana a Costa.
Corresponsal, Río Gallegos, S.C.
En Santa Cruz, sospechosamente, se huelen las calas anticipadas de la derrota tan temida.
Conste que tuvo que venir El Lupo, por definitiva vez, a los efectos de ordenar la declinación de sus huestes. En la provincia en llamas, que Lupo se puso de sombrero.
De pronto, hasta los lupinistas más radicalizados, se inquietan, en exceso, ante la pérdida probable del reino.
Por ejemplo, manifiesta su preocupación, según Gargantas, el consagrado anticacerolero Luís Gómez. Jactancioso karateca y labiorioso concejal, ahora candidato a diputado.
Sin embargo es aconsejable no creer nunca en la manifestación de temores similares. Son meros fuegos de artificio. Simples amagues. Destinados a que el adversario principal, el denostado radical Eduardo Costa, alias El Hipertehuelche, se los coma. Los amagues.
Para que Costa, como si fuera un pichi, se entusiasme con la idea del triunfo asegurado.
Pero hoy, sin los informes estrictos de la Consultora Oximoron, sólo con la evaluación de esta corresponsalía, puede asegurarse que en Santa Cruz, el 28 de octubre, gana Peralta.
Es el actual gobernador, un neolupinista. El hijo de la famosa Polola, una emblema peronista de la comarca. Peralta es un ex dirigente de la bancaria, que fue amigo entrañable del querido Saúl Ubaldini.
En cierto modo, por su condición incuestionable de peronista cultural, Peralta merecía una proclamación superior a la de anoche, en el Boxing. Justamente, cuando los gendarmes del comandante Caserotto reprimían, en Caleta, una clásica interrupción. Un corte similar a los que Lupo tolera, sin inconvenientes, en Buenos Aires.
Peralta, el hijo de La Polola, irá, al final, acompañado por un pediatra solvente de Caleta Olivia. Es el doctor Martínez Crespo, alias El Nano. Un profesional popular, sobre todo entre las madres que supieron trajinar su consultorio. Y por suerte nadie lo vincula a Martínez Crespo con el enigmático doctor Neme, alias El Turco. Un gastroenterólogo que merece contar su historia.
Sin mayores pergaminos, el doctor Martínez Crespo logró desplazar al intendente de Puerto Deseado, Arturo Rodríguez. Que irá, moneda de cambio chico, como diputado nacional.
«Arturito» irá seguido por Liliana Korenfeld, alias La Rusa.
La señora Korenfeld, cuentan las Gargantas, estuvo emocionalmente vinculada al legendario Tito. Otro titán que se desempeñaba en los sustanciales Servicios Públicos Sociedad del Estado. Al legendario Tito suele atribuírsele, probablemente de manera infundada, una frase fatal:
«Ya no robo más para la corona, ahora robo para mí».
Cuentan las Gargantas que el legendario Tito la dijo, tan solo, cinco minutos antes de enterarse que el gobernador Kirchner le aceptaba la renuncia.
La renuncia que nunca, el pobre Tito, había presentado.
Alegría lupinista
Súbitamente, el desastre actual del lupinismo político se ve favorecido. Los beneficia el sorpresivo distanciamiento del temible Costa, con los peronistas culturales que le responden a Acevedo, alias El Negro. Al que ambicionaban, como vicepresidente, los Rodríguez Saa, para su nueva versión del Turismo Aventura.
Los acevedistas se fueron de la coalición que armaba Costa. Según los hipertehuelchistas, el acevedismo, sobrevalorado, pedía de más. No se conformaban con la vicegobernación.
La vice que estaba asignada al Colorado Pérez, recayó en Cifuentes, de la «onda progre».
Ocurre que, en cierta reunión de Caleta Olivia, los radicales de Santa Cruz decidieron perseguir el ejemplo de la radical señora Carrió. Para aliarse, oportunamente, con los socialistas de la última moda, los que suelen encontrarse, si se los busca, entre los saldos del invierno.
Serenella Cottani
serenella@jorgeasisdigital.com
para JorgeAsísDigital.
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