El desperdicio de la Energía Kundalini
Ni El Ángel Exterminador ni La Doctora.
Artículos Nacionales
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella, con palabras
previas de Carolina Mantegari, especial
para JorgeAsísDigital
Previa
El vetador y los vetados
Legislar para el veto es la manera menos original del onanismo político.
Un fenómeno parlamentario que produce fuertes costos. Para el vetador y los vetados.
Emergen dos opciones prioritarias.
1) El legislador no legisla, y prescinde del desperdicio de la excitación moral.
2) El Señor Presidente se banca la ley que salga. Sin el autoritarismo legal de vetarla.
Como atributo constitucional, el veto complementa el circuito democrático de la masturbación (sin placer).
Carolina Mantegari
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Suponer que el adversario es idiota es -en política- una tentación relativamente lícita.
En un acto de arrojo desesperado, Mauricio, El Ángel Exterminador, decidió mostrarse como el estadista capitalizado por la astucia.
Recupera la iniciativa que había extraviado para ubicar a La Doctora, con «sus locuras» en el centro del escenario (del ring). Para renovar la condición de adversarios recíprocamente escogidos.
Al Ángel, cuando confronta con La Doctora, se lo percibe ostensiblemente cómodo.
Se “estimula y le sienta bien”. Como lo sugiere la vieja publicidad de Ginebra Bols.
Contra La Doctora fue que el Ángel Exterminador ganó en 2015 y en 2017. Un exceso previsible es pretender, en 2019, volver a vencerla.
Al privilegiar a La Doctora, desde la posición dominante, el Ángel obstaculiza la irrupción de otro competidor con peso específico.
De la reserva del peronismo que Mauricio prefiere calificar de “confiable y racional”. Peronismo que en el portal, sin mala fe, se prefiere denominar “perdonable”. PP.
Por otra parte el Ángel atraviesa su momento menos rutilante. Por no decir que pasa por la etapa catastrófica.
En pleno descenso, inmovilizado por la utopía del ajuste (cliquear), se desliza por el sendero de la obviedad dramática. Con un conjunto de justificaciones legitimadas por la frivolidad imperante, pero muy efectiva en la sociedad líquida.
El centímetro sociológico de la dupla Nieto-Durán Barba, consigna que La Doctora, inapelablemente, arrastra un 65% de carga energética negativa. Cifra que trasladan, de manera casi automática, directamente al guarismo electoral.
Es -La Doctora- la única exponente de la oposición radicalizada que cuenta con centenas de miles de votos casi propios.
«Pero no supera, ni con quetamina, el 28 %», confirma la Garganta.
Según el optimismo de los números, bastante más del 60% del padrón jamás la votaría.
Significa que La Doctora, para el Ángel, es la antagonista ideal. Por lo tanto la necesita como candidata.
«Tiene que serlo, aunque haya que financiarle la campaña», sigue la Garganta.
El diseño exhibe que la capa media, la franja exclusivamente afectada, tampoco la apoyaría.
Aunque se sientan individualmente decepcionados por la magnífica incompetencia del Tercer Gobierno Radical.
Sin gran estrépito, pero con admirable firmeza, el Tercer Gobierno radical se descascara. Sus atributos son repentinamente transformados en vectores de mala praxis.
Los intentos para justificar la caída están pensados para el intelecto de los adolescentes de barrio que ni estudian ni trabajan.
Aceptan que Macri, de verdad, está para la escoba. Es cierto. Pero los previsores calculaban que podía estar mucho peor.
Consecuencia del “sino trágico” de los presidentes de América Latina. Para ser tratado, sin indulgencia, por las brujas de Aracataca.
Comparativamente, El Ángel Exterminador es el presidente mejor calificado del subcontinente. Se encuentra bastante más fortalecido, sin ir más lejos, que Temer, el golpista menos prestigioso de Brasil que subsiste con un decrépito 3% de consideración. O que Santos, que se despide de Colombia con un melancólico 7% de aprobación.
Hoy sólo Piñera, de Chile, lo supera al Ángel. Pero porque “está nuevito, de estreno en el mandato”.
«A más tardar, a fin de año Piñera -pobre- va a hundir el hocico, entre la alfombra».
Beneficios del hinduismo
Pese al retroceso irresistible, El Ángel Exterminador mantiene casi intacta la confianza artificial que contagia a los seguidores esclarecidos.
Son los beneficios colaterales del hinduismo, que admiten el aprovechamiento integral de la Energía Kundalini, que se desperdicia y merecería un próximo despacho, de academicismo tántrico.
La dinámica innovadora del cambio los condujo a suplicar gloriosamente por la bacinilla del Fondo Monetario Internacional.
Para tramitar el fervoroso crédito stand by que se puede (“¡se puede!”) conseguir. Por la solidez trascendental del país, y por la dedicación del ministro Nicolás Dujovne, Bruno Gelber.
Supo Bruno apuntarle al corazón de la hipersensible señora Christine Lagarde, Madame Bovary.
Mientras se toma confianza con la crueldad de la bancarrota, por el rictus de la desperdiciada Energía Kundalini se enarbola la confianza, en la proximidad de los escombros.
Creen religiosamente haberse asegurado el apoyo incondicional de la clase más acomodada que los estimula, pero sin ponerle dólares para modelar la utopía.
Del mismo modo místico, creen mantener el apoyo de los afectados principales. La clase media que atraviesa litigios existenciales para pagar las cuentas. Pero que es paulatinamente atemorizada con la imagen fantasmal de La Doctora. Es quien podría volver triunfante con Los Pibes para la Liberación.
Donde paradójicamente contabilizan la expansión es entre los sectores carenciados de la sociedad. Por obra de la paz social que se adquiere, en cuotas, por intermedio de la señora Carolina Stanley, La Ministro del Pelo Mojado. Los planes se multiiplican como los panes y los peces y nunca se van a recortar.
La enigmática Ministro del Pelo Mojado invierte carretillas de dinero para contener el padecimiento políticamente organizado.
Pone más dinero, incluso, del que ponía la señora Alicia Kirchner, La Fotocopia.
Los méritos ocultos
Aún tutelada por la presencia de La Doctora, la oposición se sorprende con la elevada probabilidad de desplazar al TGR.
A los imbatibles que, cinco meses atrás, arrastraban el estigma de la perennidad.
Alarma que El Ángel Exterminador pueda no ser reelegido. Estimula las chicanas estratégicas que prenden como la desperdiciada Energía Kundalini que se eleva. Desde el chakra genital situado sobre el huesito dulce.
Mezclan la causa con la consecuencia y se atreven a justificar el descenso, o los sombríos pronósticos relativos al destino.
Al percibir que Macri puede no ser reelegido, y posibilitarse el regreso de La Doctora, los fantasiosos inversores se ponen cada día más reticentes.
Tomar al resto de la sociedad como si fuera una manga de nabos suele convertirse en un camino cómodo. Pero facilita reacciones bruscas.
“Son un desastre y aparte nos toman por bol…Ya van a ver”, confirma otra Garganta.
En sus distintas vertientes, el peronismo se entrena, otra vez, para ser gobierno. Tiene la titánica tarea de seleccionar, en adelante, a sus voceros. Así se trate de los locuaces del Peronismo Perdonable. O del frepasito tardío que responde a La Doctora, compulsivamente situada, por el Ángel, de nuevo en el centro del ring.
Determinados rostros, con ostensible necesidad de expresarse, producen el efecto negativo. Despiertan monumentales intenciones de encontrar, entre los incompetentes, méritos ocultos.
“Con decirte que lo veo de nuevo a… y me vienen las ganas de vivarlo a Macri, o a Marquitos”.
Pero debe evitarse, en lo posible, la pugna explícita entre dos imperfecciones.
“Entre la Nada y la Pena me quedo con la Pena”, escribió William Faulkner en “El sonido y la furia”.
Uno de los dos -El Ángel o La Doctora- representa a la Nada.
El otro, tal vez, a la Pena.
La sociedad, silenciosamente, tal vez reclama la gestación de otra alternativa.
(Buen final, pero falso. Nadie debe pontificar en nombre de la sociedad).
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